El Tapón del Darién es la frontera natural entre Colombia y Panamá por la que pasan miles de migrantes de distintos países, una de las travesías más difíciles y peligrosas del mundo, con el objetivo de cruzar Centroamérica hasta llegar a Estados Unidos.
En la entrada al Darién hay un cartel de “Bienvenido al Cielo” a un lado y, al otro, un ángel en una roca que vigila a los grupos de migrantes que se han incrementado con el paso del tiempo.
Muchos de estos grupos de personas arriesgan sus vidas y la de sus familias para lograr el tan anhelado “sueño americano”; uno que muchos no pudieron cumplir.
Medios de comunicación y las redes sociales, han mostrado la tragedia que viven cientos de migrantes día a día en esta selva.
Muchas de las personas que se encuentra haciendo este viaje han documentado para sus redes lo que es vivir este salvaje cruce y lo que es ver la muerte de las personas a diario; por lo que muchos han llegado a la conclusión y advierten que no se debe llevar niños ni adultos mayores.
Han catalogado a esta selva como una de las más peligrosas, ya que las condiciones climáticas hacen difícil atravesarla, por lo que muchos dicen que el Darién se “traga a las personas”.
Sumado a las condiciones climáticas, esta selva alberga un sin fin de animales, algunos peligrosos y bandas criminales también acechan el lugar.
Más de 150.000 personas han tomado la decisión de atravesar el Darién, y según la Procuraduría General de la Nación, alrededor de 3.000 salen por Colombia, por la zona del Urabá, en el noroeste del país.
Tanto la comunidad como el Ente han realizado llamados a los Gobiernos, no solo de Colombia, sino también de Panamá, para que ambos se pongan de acuerdo y logren “brindar seguridad y proteger la integridad de las personas que están transitando por este corredor”.
Por otra parte, en medio de la Asamblea General de la OEA, la viceministra de Asuntos Multilaterales, Laura Gil, habló sobre el tema del paso al Darién por el país, afirmó que “Colombia no construirá muros para contener la migración y no permitirá que sus fronteras se conviertan en cementerios”.
