Las autoridades fronterizas de Estados Unidos detuvieron o rechazaron en junio el mayor número mensual de migrantes en la frontera entre EE.UU. y México en al menos una década, según un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) familiarizado con las cifras y con los datos publicados anteriormente.
En junio, fueron interceptados unos 188.800 migrantes, frente a los 180.034, de mayo, lo que hace que el total del año fiscal, hasta ahora, sea de más de un millón de detenciones de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés). Eso es más que en los últimos años, incluido 2019, que fue calificado de “catástrofe humanitaria” al dispararse el número de familias y menores no acompañados que llegaron a la frontera.
El año pasado, un menor número de inmigrantes entró en EE.UU. a medida que la pandemia de coronavirus avanzaba por todo el mundo y se impusieron medidas de aislamiento.
El número de migrantes interceptados en la frontera entre México y EE.UU. ha ido en aumento desde mayo de 2020, cuando la CBP encontró a unas 23.000 personas. Este junio fue la cifra mensual más alta desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo.
El dato mensual se utiliza como medida de la migración ilegal a Estados Unidos. Sin embargo, en marzo de 2020 se implementó una medida de salud pública en el país que permitió la rápida expulsión de los migrantes en la frontera, impactando en el número de cruces reincidentes. El Gobierno de Biden ha mantenido la orden sanitaria de la era de Trump, conocida como “Título 42”, en medio de los litigios en curso y un torrente de críticas de los defensores de la inmigración y algunos legisladores.
En junio, el 34% de las detenciones fueron de migrantes que habían tenido al menos una detención previa en el último año.
Semanas después de que Biden tomara posesión de su cargo, el número de menores no acompañados que llegaban a la frontera entre Estados Unidos y México empezó a dispararse, desbordando los recursos del Gobierno federal y provocando una lucha por encontrar suficiente espacio en los albergues para acogerlos.
En los meses siguientes, la administración logró reducir el tiempo que los menores pasaban en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza, de tipo carcelario, que había alcanzado las 133 horas, en marzo, muy por encima del límite legal de 72 horas.
A finales de junio, el tiempo promedio en la custodia de Aduanas y Protección de Fronteras se redujo a 28 horas, según la fuente del DHS familiarizada con el tema.
A finales de junio, que más de un millón de inmigrantes habían sido detenidos desde el pasado mes de octubre después de cruzar ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México, según dos funcionarios del DHS, superando el recuento de la crisis fronteriza de 2019, a tres meses del cierre del año fiscal.
En marzo, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, estimó que EE.UU. estaba “en camino de encontrar más individuos en la frontera suroeste que en los últimos 20 años”.
La mayoría de las detenciones, en junio, fueron de adultos solos, pero las familias y los menores no acompañados aumentaron con respecto al mes anterior. La Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras interceptó a unos 55.805 miembros de familias y 15.253 menores no acompañados en junio, frente a los 44.639 y 14.158 de mayo, respectivamente.
La agencia fronteriza no comenta los datos hasta que se divulgan públicamente, lo que suele ocurrir alrededor de la primera semana del mes.
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