Poco después de las 8:30 de la mañana llegó arrastrándose a la estación que Ferrocarriles de México tiene en el ejido Baján.
Un migrante africano que sufrió la amputación parcial de un pie caminó cerca de 30 horas junto a las vías del ferrocarril para encontrar ayuda y sobrevivió al accidente.
El indocumentado viajaba el pasado sábado de trampa y cayó del ferrocarril. Una de las ruedas del tren machacó y destrozó su pie derecho en medio del desierto.
Era sábado y estaba en medio de la nada. Sin saber a qué distancia estaba el poblado más cercano, decidió no esperar y como pudo se encaminó junto a los rieles a caminar hasta llegar a algún lugar con presencia humana.
Avanzó como pudo, terminó el sábado y pasó la noche a la intemperie con temperaturas cercanas a los cero grados.
Durante todo el domingo continuó avanzando junto a las paralelas pero no llegó a ningún lado. Fue hasta después de las ocho de la mañana de ayer que consiguió llegar hasta el poblado.
Poco después de las 8:30 de la mañana llegó arrastrándose a la estación que Ferrocarriles de México tiene en el ejido Baján, a 45 kilómetros de la ciudad de Castaños.
El personal de la estación atendió al extranjero, que se encontraba en shock después de avanzar arrastrándose cerca de 30 horas hasta llegar a la comunidad rural.
Paramédicos de la Cruz Roja Mexicana subdelegación Castaños atendieron el llamado de socorro y acudieron al ejido, donde le brindaron los primeros auxilios al lesionado y lo trasladaron al Hospital General Amparo Pape de Benavides para que recibiera atención especializada.
El hombre de 26 años de edad se encontraba en shock al ser atendido por los rescatistas de la benemérita institución y sumado a la barrera del idioma no pudo proporcionar mayor información.
