Una redada en un restaurante de Minneapolis ha desatado una ola de movilización ciudadana y tensión entre los residentes y las agencias federales. El incidente tuvo lugar el martes 3 de junio en “Las Cuatro Milpas”, una popular taquería mexicana situada en la intersección de Lake Street y Bloomington Avenue. La operación, que involucró a múltiples agencias federales, fue percibida por muchos vecinos como una acción del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), lo que motivó una inmediata respuesta de organizaciones comunitarias y defensores de los derechos de los inmigrantes.
Un Operativo Multagencial que Generó Temor
El despliegue administrativo incluyó personal del ICE, así como de las agencias DEA, FBI, IRS, ATF, la Oficina del Sheriff del Condado de Hennepin y la Policía de Minneapolis. Las imágenes del procedimiento, rápidamente viralizadas en redes sociales, mostraban a agentes armados y algunos con el rostro cubierto, intensificando la percepción de que se trataba de una redada migratoria. “¡Vergüenza!” fue uno de los gritos que resonó entre los manifestantes que se opusieron a la presencia de las fuerzas del orden durante el incidente.
Poco después de la operación, funcionarios aclararon que el objetivo era ejecutar órdenes judiciales en el contexto de una investigación criminal sobre tráfico de drogas, lavado de dinero y fraude de identidad, y no una medida relacionada con la inmigración. Jamie Holt, agente especial de Investigaciones de Seguridad Nacional en St. Paul, comunicó que esta operación formaba parte de una iniciativa más amplia de seguridad nacional.
Reacciones de las Autoridades Locales y la Comunidad
El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, reafirmó que no se realizaron arrestos durante el operativo y subrayó que el Departamento de Policía local no estuvo involucrado en la persecución de inmigrantes. A pesar de su insistencia en que el incidente estaba vinculado a una orden de registro penal, el concejal Jason Chávez expresó su escepticismo, sugiriendo que se intentó ocultar la participación de ICE. Esta falta de confianza resuena especialmente en un contexto donde las comunidades de inmigrantes enfrentan constantes desafíos.
La Oficina del Sheriff del Condado de Hennepin defendió el operativo, argumentando que se trataba de una parte esencial de una investigación criminal mayor y que no tenía relación con el cumplimiento de la ley migratoria. Sin embargo, la percepción pública es diferente, y muchos testigos aseguraron haber visto a agentes con identificaciones de ICE, lo que intensificó el clima de miedo y confusión.
Un Clima de Trauma en la Comunidad Inmigrante
Líderes de organizaciones como el Comité de Acción por los Derechos de los Inmigrantes de Minnesota expresaron su preocupación, señalando que la presencia militarizada de las fuerzas del orden generó un clima de tensión y reactivó los miedos sobre las redadas masivas. Miguel Hernández advirtió sobre cómo este tipo de incidentes afecta a los negocios locales y a la tranquilidad de los residentes, creando una atmósfera de ansiedad.
Luis Arguenta, de Unidos Minnesota, comentó sobre la falta de información previa al operativo, lo cual alimentó más la confusión en la comunidad. “La cantidad de personal desplegado fue una demostración de poder”, indicó, reflejando el temor de muchos a que la cooperación entre las agencias federales y las autoridades locales pueda llevar a más incidentes de este tipo.
Al mismo tiempo, organizaciones como Comunidades Organizando el Poder y la Acción Latina (COPAL) se movilizaron para garantizar que se respetaran los derechos civiles durante la redada. A través de un comunicado, subrayaron su compromiso de proteger los derechos y el debido proceso de todos los involucrados, haciendo énfasis en que nadie debe ser tratado como daño colateral.
La Dificultad de Ser Inmigrante en EE. UU.
En un contexto en el que Minneapolis se define como una “ciudad santuario”, estos operativos provocan un debate constante acerca de las fronteras de cooperación entre las autoridades locales y las agencias federales. Aunque los funcionarios insisten en que están con la etiqueta seguridad nacional, la percepción de los residentes sugiere que la confianza ha sido erosionada por este tipo de incidentes.
