Autoridades fronterizas rescataron los cuerpos de una madre y su hijo, ambos perdieron la vida ahogados al quedar atrapados en el alambre de púas que cubre la frontera a lo largo del Río Bravo, fueron recogidos luego de permanecer bajo el agua durante más de un minuto. Horas más tarde, el cuerpo de otro niño fue recuperado cuando sufrió el mismo destino.
Según testimonios de los médicos fronterizos encargados de atender a los migrantes detenidos durante su intento de cruzar el Río Bravo, recuperar cuerpos atorados a mitad del río por el alambre de seguridad “es algo común”, además que las heridas que ocasionan estos alambres son generalmente de gran importancia, pueden causar descuartizamientos o la muerte, puesto que al estar colocados debajo del agua a lo largo de las boyas de disuasión, no son visibles para quienes intentan cruzar.
Uno de los ejemplos más escalofriantes se dio cuando una mujer de tan sólo 19 años sufrió un aborto espontáneo al quedar atrapada en las boyas del Río Bravo.
Tristemente, los migrantes que en el camino buscan una mejor calidad de vida no tienen muchas opciones, pues, una vez del otro lado, autoridades fronterizas han empujado a grupos enteros de vuelta al agua para que regresarlos a México.
El riesgo de ahogamiento no es la única dificultad que enfrentan, ya que aquellos que logran sobrevivir y regresar a la orilla en territorio mexicano están obligados a mantenerse en campamentos con decenas o centenas de personas bajo temperaturas que superan en ocasiones los 42 grados, sin acceso a agua o comida y en riesgo de caer en manos de grupos delictivos.
El año pasado al menos 748 personas murieron mientras intentaban cruzar la frontera.
Según datos de CNN, el año pasado al menos 748 personas murieron mientras intentaban cruzar la frontera, la esperanza de llegar a los Estados Unidos ha hecho que los migrantes tomen caminos cada vez más peligrosos que en muchas ocasiones les cuesta la vida y que muy pocas veces termina con éxito.
