Elementos de la Guardia de Texas han trasladado rollos de alambre de púas y rejas metálicas al bordo del Río Bravo con el objetivo de instalar una tercera línea de defensa contra el cruce ilegal de migrantes provenientes de Centroamérica. Esta medida, impulsada por la ordenanza del gobernador de Texas, Greg Abbott, busca restringir la entrada ilegal de migrantes concentrados en esta zona fronteriza.
Declaraciones de Activistas Generan Preocupación por la Seguridad de los Migrantes
El material para la instalación se ha dejado en la puerta 42, que había sido recientemente utilizada por migrantes en su intento de cruzar hacia Estados Unidos en busca de una vida mejor. Aunque aún no se ha comenzado la instalación, transeúntes del boulevard Juan Pablo II, que colinda con el río, han expresado su sorpresa al ver estos materiales preparados en la zona.
Rosa Mani Arias, coordinadora del área de Servicio al Migrante de Huellas de Abara Juárez, ha manifestado su preocupación por la seguridad y la salud de las personas en movimiento debido a estas acciones restrictivas. La activista enfatiza que es fundamental que las personas puedan realizar un ingreso seguro y sugiere el uso de herramientas como CBP-One para facilitar un cruce organizado.
Mani Arias ha instado a los migrantes que no se encuentran en albergues a acercarse a servicios proporcionados por iglesias, donde pueden resguardarse del calor y otras condiciones adversas. Ha llamado a la precaución, sugiriendo que no arriesguen sus vidas y busquen lugares seguros para garantizar su integridad, especialmente si viajan con familiares.
Las Nuevas Barreras Aumentan la Vulnerabilidad de los Migrantes en su Búsqueda de Asilo
Hasta el momento, se espera una postura oficial de las autoridades de Texas respecto a estas medidas. Las acciones de instalación se están llevando a cabo en una de las áreas donde los migrantes solían entregarse a las autoridades estadounidenses. Observaciones recientes revelan que el bordo del río está vacío, y los migrantes han disminuido su presencia debido a la creciente vigilancia y estas nuevas barreras.
Activistas como el pastor Carlos Mayorga han calificado estas acciones del gobernador Abbott de “inhumanas”, adjudicándoles un impacto negativo en las personas que intentan cruzar la frontera. Esta situación ha llevado a muchos migrantes a optar por rutas más peligrosas, como atravesar el desierto, donde los riesgos de deshidratación, insolación y ataques de animales son latentes.
Defensores de los derechos humanos, junto con quejas formales de autoridades mexicanas, han solicitado la remoción de estas barreras. Sin embargo, el gobernador Abbott ha ignorado estas solicitudes y se comprometió a continuar con la implementación de medidas que afectan a las personas en situación de migración en su búsqueda de una mejor vida.
