En el marco de los esfuerzos para gestionar la migración, el gobierno de México ha ejecutado la deportación de 105 ciudadanos cubanos en una reciente operación, según lo reportado por el Ministerio del Interior de Cuba (MININT). Esta acción constituye la novena deportación de este año y aumenta el número total de cubanos repatriados desde México a 677 en 2023.
El grupo deportado, compuesto por 70 hombres y 35 mujeres, había abandonado Cuba de manera legal antes de recurrir a rutas irregulares en su intento de llegar a Estados Unidos. Destaca el hecho de que, con esta última deportación, ya suman 119 operaciones similares que han llevado a la repatriación de 4,884 cubanos desde diversos países en el presente año.
Estos acontecimientos reflejan una migración sin precedentes en Cuba, donde en 2022 aproximadamente el 4 % de su población optó por abandonar el país. México, que afronta una crisis migratoria en su frontera con Estados Unidos, ha solicitado a Cuba y otros cuatro países que acepten la repatriación de sus nacionales.
Las deportaciones, que habían sido suspendidas el 3 de marzo, se reanudaron el 14 de octubre con un vuelo de Viva Airbus que trasladó a 138 cubanos desde Tapachula a La Habana. El 30 de octubre, otro grupo de 138 ciudadanos cubanos fue repatriado.
Entre las personas deportadas, Dayneris Hernández Martínez, una joven cubana, compartió su experiencia angustiante. A pesar de contar con una cita para una visa aprobada por la CBP One en la frontera sur de Estados Unidos, fue detenida en Tula de Allende, Hidalgo, tras un altercado en el motel donde se hospedaba. A pesar de sus intentos por explicar su situación a las autoridades migratorias, fue llevada a un centro de detención y posteriormente deportada, alegando que los oficiales la habían engañado acerca de su destino final.
Este testimonio no es único; Yurisleydis Gómez, otra ciudadana cubana, describió su deportación como “aterradora”, poniendo de manifiesto una realidad compleja que enfrentan los migrantes cubanos.
La situación de los migrantes cubanos sigue siendo una cuestión delicada tanto para los países receptores como para Cuba, que ve retornar a sus ciudadanos en circunstancias difíciles y, a menudo, traumáticas.
