Durante el primer semestre del año se registraron 75 mil solicitudes de asilo, muchos de estos migrantes han afirmado ser víctimas de algún delito en su trayecto a los EE.UU.
La capacidad de las autoridades migratorias en la frontera sur de México se ha visto limitada en medio del incremento de peticiones de asilo, que este año han alcanzado 75 mil solicitudes y que, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), se espera cerrar el año llegando a la cifra inédita de 150 mil.
Este incremento sin precedentes ha ocasionado retrasos en los procedimientos, debido a que tanto el presupuesto como el alcance de las autoridades han sido rebasados. Como consecuencia, miles de personas han tenido que hacer fila bajo condiciones inhumanas, expuestos a la corrupción y a la violencia de traficantes de personas
Callelis, una migrante centroamericana relató: “Nos ofrecían acostarnos con ellos (agentes) para poder entrar. Fuimos testigos del abuso hacia una chica, nos tuvimos que alzar todos. Al llegar a Guatemala nos revisaron todo y nos quitaron el dinero. Al que no tiene dinero lo dejan varado 3 o 4 días. Tienes que pagar por todo”.
Según declaraciones del titular de la Comar, Andrés Ramírez, los niños y mujeres son el grupo más vulnerable ante la amenaza del crimen organizado. Además, sólo el 19% de los niños migrantes detenidos por el Instituto Nacional de Migración (INM) fueron procesados siguiendo el nuevo sistema de protección, de estos, el 55% fueron regresados a su país de origen directamente a una violencia que amenaza sus vidas. Otro tanto, alrededor del 23%, se fueron de los albergues de manera irregular, por lo que se perdió el registro de su situación actual
El sistema actual obliga a las personas solicitantes de asilo a pedir cita con las autoridades estadounidenses a través de la aplicación CBP One, y hay cada vez más relatos sobre las dificultades que enfrentan las familias para asegurar citas para todos los miembros, lo que lleva a la separación familiar.
Para los migrantes regresar a su país no es una opción, lo que alguna vez llamaron hogar hoy ya no existe, ahora les pertenece a pandilleros. Además, existe el temor por la seguridad de sus nietos, sin embargo, reciben poco apoyo por ser migrantes, en México la gente no los apoya por miedo a cometer algún acto ilegal.
