El presidente Donald Trump celebró este martes los primeros 100 días de su nuevo mandato proclamándolos como un “triunfo histórico”. Sin embargo, diversos sectores lo acusan de llevar a Estados Unidos al borde de una crisis constitucional, debilitando su economía y deteriorando el orden diplomático internacional. Para marcar el hito, firmó nuevas órdenes ejecutivas contra ciudades santuario, despidió a científicos dedicados al cambio climático y forzó la salida de funcionarios de derechos civiles.
Durante un discurso en Michigan, Trump calificó de “monstruos” a los migrantes y aseguró que el Partido Demócrata protege a “los más salvajes del planeta”. Presumió haber reducido a casi cero el ingreso de indocumentados y defendió sus aranceles como solución para bajar precios, aunque sus declaraciones contrastan con la experiencia cotidiana de millones de ciudadanos.

Los primeros 100 días de su segundo mandato se han caracterizado por un aluvión de órdenes ejecutivas: 142 en total, un récord. Estas medidas han abarcado desde despliegues militares en la frontera hasta ataques contra universidades y jueces. Sin embargo, a pesar de tener el control del Congreso, su gobierno solo ha logrado promulgar cinco leyes, el número más bajo de cualquier presidente reciente.
Además, enfrenta más de 200 demandas judiciales por sus decisiones, muchas de las cuales han sido suspendidas. En lo migratorio, las deportaciones masivas que prometió aún no se concretan, y en política exterior tampoco ha cumplido promesas clave como frenar la guerra en Ucrania. Los analistas advierten de una posible recesión y cuestionan la veracidad de sus afirmaciones sobre la economía.
Su aprobación pública también ha caído drásticamente. Una encuesta de Washington Post/ABC News lo sitúa con solo un 39% de apoyo, la cifra más baja registrada para un presidente en este punto desde hace 80 años. Mayorías rechazan su manejo de temas clave como economía, migración y reforma del Estado.

Frente a este panorama, crecen las manifestaciones y el descontento en diversos sectores, desde universidades hasta figuras públicas y movimientos sociales. Mientras Trump continúa desafiando normas y acumulando poder, cada vez más voces lo acusan de autócrata. Como advierte el periodista David Remnick: “Persistirá en su asalto hasta que sienta la resistencia de un pueblo que ya no lo tolerará más”.