Las autoridades de Panamá han realizado proyecciones optimistas sobre el flujo de migrantes que atraviesan la selva del Darién. Se estima que en 2024, unos 320.000 migrantes cruzarán esta peligrosa frontera natural con Colombia en su camino hacia Norteamérica, lo que representa una notable reducción del 38 % en comparación con el récord histórico de 520.000 migrantes que hicieron el recorrido el año pasado. Estas cifras se asocian a las nuevas políticas de control migratorio implementadas por el nuevo Gobierno panameño.
Durante una reciente conferencia en Washington, el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Alexis Ábrego, divulgó estos datos, subrayando la hacer que se ha notado un cambio significativo en la tendencia migratoria. En consecuencia, este año se preveía un aumento de hasta el 20 %, pero las medidas adoptadas desde el 1 de julio del presente año han reformado esta visión pesimista.
Estrategias para el Control Migratorio
El ministro Ábrego destacó las acciones relevantes que el nuevo Gobierno, encabezado por el presidente José Raúl Mulino, ha implementado. La firma de un memorándum de entendimiento con Estados Unidos el mismo día de su investidura ha sido clave, ya que permite una deportación y extradición más eficiente de migrantes irregulares. Adicionalmente, el Gobierno panameño ha cerrado cinco rutas en Darién, buscando así controlar el flujo migratorio y ofrecer un paso más humanitario para aquellos que arriesgan sus vidas en la selva.
En lo que va del año, aproximadamente 242.000 migrantes, la mayoría de ellos venezolanos, han atravesado este peligroso trayecto que usualmente demanda cerca de nueve días de esfuerzo físico y emocional. Las autoridades panameñas han implementado tecnología biométrica para identificar a los migrantes, lo que ayuda también a detectar a potenciales delincuentes que pudieran mezclar sus caminos con los de personas en busca de mejores condiciones de vida.
La Migración Venezolana en Aumento: Un Reto para la Comunidad Internacional
El problema de la migración irregular ha dejado de ser solo una crisis humanitaria para convertirse en un reto que requiere atención y protección tanto para los migrantes como para los residentes locales. Ábrego mencionó que se han organizado campamentos de atención para poder gestionar mejor esta situación. En estos campamentos, se separan a las familias de las personas potencialmente involucradas en actividades criminales, lo que demuestra un enfoque más seguro y organizado.
La preocupación aumentó aún más debido a la publicidad en redes sociales del grupo paramilitar colombiano “Clan del Golfo”, que promueve cruces por la selva. Además, se han detectado cerca de 25.000 personas de origen chino en la frontera entre Panamá y Colombia, lo que añade una nueva dimensión a la complejidad de la migración en la región.
La colaboración internacional también destaca en este esfuerzo. Recientemente, 115 ciudadanos indios serán extraditados a su país de origen en un vuelo chárter financiado por Estados Unidos, como parte del acuerdo bilateral. Este tipo de acciones refuerzan el compromiso de Panamá para gestionar no solo el flujo de migrantes, sino también para colaborar con otros países para abordar los desafíos migratorios.
En conclusión, aunque la situación migratoria continúa siendo complicada y estaba a punto de alcanzar niveles récord, las nuevas políticas implementadas en Panamá muestran signos de eficacia que podrían cambiar la dinámica en la región. A medida que el flujo de migrantes parece disminuir, las autoridades continúan sus esfuerzos para garantizar que aquellos que buscan un mejor futuro no sean víctimas de situaciones de riesgo y violencia. La atención a los migrantes y sus necesidades es crucial en esta etapa, y se espera que estas medidas ayuden a establecer un camino más seguro para todos.