México ha registrado la mayor cifra de detenciones de migrantes en su historia, alcanzando en 2024 un número sin precedentes: 1.2 millones de personas en situación migratoria irregular fueron detenidas a lo largo del año, según los datos recién actualizados por la Unidad de Política Migratoria (UPM) de la Secretaría de Gobernación. Este promedio diario de 3,383 detenciones refleja no solo una política migratoria más estricta, sino una creciente presión internacional sobre el país.
Este volumen representa un incremento del 58.5% respecto a 2023, y es tan elevado que supera el total acumulado de detenciones entre 2010 y 2019. En perspectiva regional, las cifras mexicanas equivalen al 73.6% de las detenciones registradas en la frontera sur de Estados Unidos durante el mismo periodo, consolidando a México como el nuevo muro de contención migratoria en el continente.
Mientras que en Estados Unidos las detenciones cayeron 34%, en México la tendencia fue completamente opuesta. Los migrantes provenientes de Venezuela encabezaron la lista con el 29.3% del total, seguidos por Ecuador (9.6%) y Honduras (7.3%). También llama la atención el aumento de flujos provenientes de Asia (67,000 casos) y África (58,000), confirmando que el fenómeno migratorio ya no es solo regional, sino global.

A nivel nacional, Tabasco se convirtió en el principal punto de detención con 628,000 casos, seguido por Chiapas (402,000) y Baja California (40,000). Del total, el 70% fue trasladado a estaciones migratorias, mientras que el otro 30% —integrado en su mayoría por menores de edad y familias— fue canalizado a albergues del DIF. Las cifras reflejan una estrategia que prioriza el control territorial por encima del enfoque humanitario.
El dato más alarmante es que menos del 2% de los migrantes detenidos fueron deportados formalmente. En cambio, a 988,000 personas se les entregó un “oficio de salida”, documento que les otorga 30 días para abandonar el país por su cuenta, sin supervisión ni seguimiento. Otros 90,000 casos simplemente abandonaron sus trámites de regularización o solicitud de refugio, dejándolos en una situación de extrema vulnerabilidad.
Y la tendencia no se detiene. Solo en los dos primeros meses de 2025, ya se han contabilizado 87,000 nuevas detenciones. Venezuela continúa liderando con el 27.2%, seguida por Colombia (8.5%) y Ecuador (7.8%). Las rutas migratorias siguen activas, pero ahora atraviesan un México cada vez más restrictivo, saturado y presionado por acuerdos internacionales.
Los números revelan más que una política de contención: exponen a México como el gran filtro migratorio de América Latina, atrapado entre sus compromisos diplomáticos, su frágil sistema de acogida y una realidad donde los flujos migratorios se vuelven cada vez más complejos, diversos y difíciles de contener.