En un giro inesperado de los eventos, Donald Trump y Elon Musk han desatado una nueva batalla política contra los refugios para migrantes en Nueva York. La controversia comenzó cuando Trump, durante la campaña electoral, afirmó que la ciudad estaba albergando a migrantes en “hoteles de lujo”, una afirmación que no se sustentaba en pruebas. Ahora, casi ocho meses después, la Administración Trump ha comenzado una cruzada contra el uso de fondos federales para alojar a migrantes en la ciudad.
El conflicto se intensificó cuando Elon Musk, el hombre más rico del mundo y cercano asesor del presidente, acusó a la FEMA de desviar fondos destinados a desastres naturales para alojar a migrantes en hoteles de lujo de Nueva York. Musk, sin aportar evidencia alguna, publicó en su red social X que la agencia había gastado 59 millones de dólares en este tipo de hospedaje. La acusación fue rápidamente seguida por el despido de cuatro empleados de la FEMA, incluyendo a la directora financiera de la agencia, Mary Comans.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) respondió a los despidos asegurando que los empleados habían eludido el liderazgo y habían realizado pagos a “hoteles de lujo” para migrantes, sin la debida aprobación. Aunque el portavoz del DHS, Tricia McLaughlin, no especificó detalles sobre cómo los empleados socavaron la estructura jerárquica, quedó claro que el asunto se había convertido en una nueva batalla política que involucraba tanto a funcionarios federales como a figuras públicas como Musk.
Musk, quien también se ha desempeñado como encargado de recortar gastos en la Administración Trump, utilizó su plataforma para calificar el uso de fondos federales en hoteles de lujo para migrantes como un gasto “ilegal”. En su mensaje, aseguró que su equipo había “descubierto” la transferencia de los 59 millones de dólares y anunció que presentarían una demanda para recuperar esos fondos. Sin embargo, no presentó pruebas que respaldaran sus acusaciones.

Poco después de sus publicaciones, Cameron Hamilton, director interino de la FEMA, anunció que los pagos en cuestión serían suspendidos mientras la agencia investigaba la situación. Este fue el primer paso en una serie de repercusiones que culminaron en la destitución de los cuatro empleados implicados en el proceso. La Administración de Trump, a través del DHS, dejó en claro que no permitiría que los “activistas del estado profundo” interfirieran con los intereses del pueblo estadounidense.
Sin embargo, a pesar de los despidos, el Departamento de Seguridad Nacional y Musk nunca especificaron qué fondos de la FEMA se habían utilizado. Según algunas fuentes, podría tratarse de los pagos realizados a través del Programa de Refugio y Servicios, creado por el Congreso en 2023 bajo la administración de Joe Biden. Este programa proporciona subvenciones a grupos y localidades que acogen a migrantes, como es el caso de Nueva York, que ha recibido miles de personas tras cruzar la frontera.
Un documento judicial presentado el martes reveló que la Administración Trump había retirado fondos del Programa de Refugio y Servicios tras temores de que el dinero estuviera siendo utilizado para “facilitar actividades ilegales”. En el documento, Hamilton citó un artículo del New York Post que sugería que la banda Tren De Aragua usaba un hotel en Manhattan, donde se alojaban migrantes, como centro de operaciones para actividades delictivas. No obstante, esta declaración generó más preguntas que respuestas sobre la veracidad de las acusaciones.
A pesar de los ataques y las acusaciones, la realidad es que los fondos en cuestión —unos 650 millones de dólares asignados el año pasado por el Congreso— no son los mismos que los destinados a ayudas por desastres naturales. Estos fondos fueron destinados específicamente a apoyar el alojamiento y los servicios de los migrantes, como parte de un esfuerzo por enfrentar la creciente crisis migratoria en ciudades como Nueva York.

De hecho, Nueva York recibió una asignación de 237 millones de dólares en 2024 como parte de esta ayuda. Esta cantidad se destina a reembolsar solo una pequeña fracción de los más de 7.000 millones de dólares que la ciudad y el Estado de Nueva York han invertido en los últimos dos años para albergar, alimentar y cuidar a los más de 230.000 migrantes que han llegado desde 2022. En este contexto, los 59 millones de dólares mencionados por Musk corresponden a un pago específico de la FEMA, que fue destinado a cubrir gastos de alojamiento.
La crisis migratoria en Nueva York ha comenzado a mostrar signos de remisión, pero 46.000 migrantes siguen bajo el cuidado de la ciudad. Muchos de ellos se encuentran viviendo en condiciones precarias en almacenes reconvertidos, campamentos de tiendas de campaña y diversos hoteles de Manhattan. Estos albergues, que incluyen antiguos hoteles y moteles, no son tan “lujosos” como Trump y Musk afirman. De hecho, muchos migrantes han denunciado condiciones insalubres, con suciedad, cucarachas, ratones y basura en los centros de alojamiento.
A medida que la polémica se intensifica, parece que tanto Trump como Musk seguirán atacando los programas destinados a asistir a los migrantes en Nueva York. Sin embargo, las pruebas y hechos presentados hasta ahora parecen sugerir que el dinero destinado a los albergues no ha sido desviado ilegalmente, sino que ha sido utilizado para cubrir costos operativos relacionados con el alojamiento y la asistencia de migrantes, un tema que sigue siendo de gran debate en el contexto político actual.
En medio de este conflicto se encuentran los migrantes, quienes continúan luchando por una vida mejor en Nueva York, mientras las autoridades federales y locales se enfrentan a una batalla política sobre cómo gestionar y distribuir los recursos destinados a esta crisis humanitaria.