Los migrantes que atraviesan la peligrosa selva del Darién, ubicada entre Colombia y Panamá, enfrentan una crisis de salud sin precedentes. Según un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aquellos que provienen de América del Sur se encuentran con severos problemas de salud debido a la falta de acceso a servicios médicos básicos. Las enfermedades como el dengue y las infecciones de transmisión sexual (ITS), que proliferan en esta región, son frecuentes, pero lo más alarmante es la baja percepción de riesgo que tienen los migrantes respecto a estas dolencias, lo que agrava aún más su situación.
El informe también señala las graves dificultades que enfrentan las mujeres migrantes, especialmente las que se encuentran en edad reproductiva. Muchas de ellas no pueden acceder a atención clínica para interrumpir un embarazo debido a la falta de disponibilidad de servicios o por obstáculos administrativos. En algunos casos, el personal médico les exige asumir el costo del medicamento necesario para el aborto o les niega el procedimiento por la carencia de personal capacitado. Este déficit de servicios médicos de calidad, combinado con la escasez de información sobre salud reproductiva, pone en riesgo a las mujeres migrantes que atraviesan este peligroso trayecto.
Por otro lado, la OPS también documentó casos de mujeres embarazadas que, al llegar a los centros de salud, son presionadas por el personal médico para interrumpir su gestación, incluso cuando no desean hacerlo. Esta falta de respeto a la autonomía de las mujeres es un grave problema en un contexto ya de por sí precario, donde el acceso a un adecuado control prenatal y la detección de factores de riesgo no están garantizados. Además, las mujeres migrantes no reciben información adecuada sobre a qué lugares pueden acudir en caso de una emergencia médica, lo que aumenta los riesgos para su salud y la de sus hijos.
El informe de la OPS también revela la falta de protocolos para la atención integral de las víctimas de violencia sexual y violencia de género en la región. La información sobre estos servicios es prácticamente inexistente en los hospitales y centros de salud a lo largo del recorrido migratorio, lo que deja a muchas mujeres y niños en una situación de total desprotección. En muchos casos, la violencia sexual sigue siendo un problema invisible en estos trayectos, donde las víctimas no pueden acceder a la atención adecuada ni recibir el apoyo que requieren para recuperarse de los abusos.
Una de las enfermedades más comunes entre los migrantes en el Darién es el dengue, una infección viral transmitida por mosquitos, que se ha convertido en una preocupación de salud pública en la región. Junto con el paludismo, también transmitido por vectores, estas enfermedades representan un grave riesgo para los migrantes debido a la carencia de servicios médicos que puedan diagnosticar y tratar estas afecciones. La falta de acceso a medicación adecuada y el sistema de salud colapsado en muchas zonas rurales agravan la situación.
El informe también advierte sobre el aumento de infecciones y enfermedades en los niños migrantes, que son llevados en mayor número por sus padres en el difícil trayecto hacia los Estados Unidos. La falta de servicios sanitarios, agua potable, y condiciones de higiene básicas ha resultado en un aumento de infecciones cutáneas, respiratorias y gastrointestinales, siendo estas las principales causas de mortalidad infantil en los menores de 5 años en las poblaciones migrantes. Las condiciones de vida precarias, como dormir al aire libre y consumir alimentos contaminados, hacen que los niños sean especialmente vulnerables a estas enfermedades.
Finalmente, la constante movilidad de los migrantes a lo largo de los territorios les impide el seguimiento adecuado de tratamientos médicos para enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión y trastornos mentales. La OPS destaca especialmente el caso de la insulina, un medicamento crucial para quienes padecen diabetes, ya que requiere refrigeración para su conservación. Dada la naturaleza nómada de los migrantes, muchos no tienen acceso a este recurso, lo que pone en riesgo su salud de manera grave. Estos son solo algunos de los problemas de salud más destacados que enfrentan las personas que se ven obligadas a dejar sus países de origen en busca de una vida mejor en Estados Unidos.
