Muchos caen del muro de 30 pies y sufren lesiones graves.
Una mujer de nacionalidad mexicana llamó desde las montañas de Otay en la frontera de California al número de emergencias 911 para informar que estaba lastimada y extraviada en una zona que desconocía.
Aunque llamó en California, por la zona fue más fácil que su llamada la recibieran en México, de donde avisaron a la patrulla fronteriza.
El oficial Eric Lavergne dijo a La Opinión que un equipo de búsqueda y rescate encontró a la mujer al ocaso del martes, pero por el dolor la migrante no podía caminar y en terreno fracturado los agentes tampoco la podían sacar en una camilla.
Los oficiales y la migrante tuvieron que esperar a la mañana siguiente cuando la patrulla solicitó asistencia de un helicóptero del sheriff del condado de San Diego.
Para cuando la nave sacó de la zona a la mujer, la patrulla ya había recibido otra llamada de asistencia de las autoridades mexicanas. Nuevamente la llamada se recibió al este de Tijuana, pero no en California.
Era un hombre, también de nacionalidad mexicana, que fue hallado en menos tiempo que la mujer pero tampoco podía caminar debido a un intenso dolor en el pecho. Para rescatarlo, la patrulla se coordinó con un helicóptero del Departamento Forestal de California (CalFire).
Las autoridades trasladaron ambos migrantes a hospitales donde recibieron asistencia. El oficial Lavergne dijo que a los dos los abandonaron traficantes de personas, los conocidos coyotes, que los dejaron a su suerte cuando les fue imposible seguir.
Al parecer ambos habían caído de lo alto del muro fronterizo y consiguieron todavía caminar un tiempo hasta que el dolor les impidió seguir.
Ambos casos son solo muestra de “más de 5,000 rescates que la patrulla fronteriza de San Diego ha hecho en los últimos 10 meses, desde que comenzó el actual año fiscal el primero de octubre”, informó el oficial.
Son 16 rescates en promedio diario solo en el sector de San Diego, de acuerdo con las cifras que proporcionó el oficial.
El comandante del equipo de Búsqueda, Trauma y Rescate de la patrulla en San Diego, Orlando Romero, dijo que su unidad incrementa recursos para lidiar con el creciente número de salvamentos que tiene que realizar.
Por ejemplo, dijo, la patrulla fronteriza en San Diego ahora tiene una unidad de Operaciones con el Extranjero, que se coordina constantemente con autoridades al lado mexicano de la frontera, principalmente en los municipios de Tijuana y Tecate, pero también con otras regiones de México y con otros países cuando se necesita.
Esa oficina funciona como un enlace y es la que ha recibido las llamadas al número 911 que salen de las montañas en la frontera de California y pero se reciben en México.
El comandante Romero platicó a La Opinión que entre los nuevos recursos para ayudar a migrantes que piden que les rescaten hay doce torres móviles para comunicaciones de emergencia.
La patrulla en San Diego solo tenía cuatro torres fijas, que funcionan como los teléfonos de emergencia en las carreteras pero en lugar de auricular, los migrantes oprimen un botón que envía una señal similar a la de 911 y la ubicación.
El comandante Romero dijo que “la ventaja de que ahora tengamos más equipos y que sean móviles es que podemos llevarlas a donde mejor nos puedan servir”, que es a donde cambie el flujo de personas que cruzan la frontera.
Explicó que su unidad lleva a cabo la mayoría de los rescates junto al muro, por caídas, pero también en zonas inhóspitas como desiertos y montañas. Las unidades se emplearán en ambos escenarios, junto al muro y en zonas agrestes, dijo.
La patrulla en San Diego se apoya cada vez más en autoridades mexicanas para realizar los rescates.
El comandante Romero explicó que como mucha de la actividad indocumentada se vincula con el crimen organizado, “hacemos recorridos espejo, en los que recorremos al mismo tiempo el mismo tramo de frontera en ambos lados” del muro.
El cónsul de México en San Diego, Carlos González Gutiérrez, informó por su parte que “ocho de cada 10 migrantes mexicanos que rescata la patrulla fronteriza son personas que caen de lo alto del muro” de 30 pies o unos 10 metros de altura.
El cónsul dijo que los traficantes de personas ofrecen a los migrantes ayudarles a subir el muro “pero no les dicen que no tendrán forma de bajar” por lo que muchos caen y “sufren fracturas, a veces muy graves”.
El diplomático dijo que “no vale la pena exponer la vida de esa forma” de saltar peligrosamente el muro, para pasar a zonas inhóspitas donde no siempre es posible rescatar a las personas.