Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que la Ciudad de México ya no puede ser considerada un refugio seguro para migrantes, debido a la escasez de albergues, las dificultades para acceder a trámites migratorios y el aumento de la vulnerabilidad de miles de personas. Según la organización, la situación ha alcanzado un punto crítico, impactando directamente la salud y seguridad de los migrantes en la ciudad.
La ONG, que ha estado trabajando con la población migrante en la Ciudad de México desde agosto de 2021, ha observado cómo la falta de recursos ha obligado a muchos migrantes a vivir en las calles, sin acceso a atención sanitaria adecuada ni posibilidades de recibir protección. Este escenario ha hecho que ya no se pueda hablar de la Ciudad de México como un “santuario” para los migrantes, como lo afirmó Israel Reséndiz, gestor de actividades móviles de MSF.
Hasta hace poco, la capital mexicana era vista como un respiro para los migrantes que huían de la violencia y la precariedad en sus países de origen. Sin embargo, en los últimos meses, la falta de espacios de albergue dignos y seguros ha empeorado, y los intentos de las autoridades por resolver la situación han fracasado, como en el caso del cierre abrupto del albergue de Tláhuac en 2023 y la Casa del Migrante en 2024.
Esta crisis ha tenido consecuencias graves, con un aumento en los casos de violencia sexual, extorsión y secuestro que afectan a la población migrante. De enero a junio de 2024, MSF registró 83 casos de violencia sexual, un aumento del 80.43% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Además, el 69% de las personas que buscan atención en las clínicas móviles de MSF lo hacen debido a la violencia en alguna de sus formas.
El incremento de personas migrantes en campamentos informales de la Ciudad de México es otra preocupación. En julio, la ONG reportó un aumento en la cantidad de personas viviendo en condiciones precarias en lugares como la Plaza de La Soledad, la colonia La Merced, y las inmediaciones de la Terminal de Autobuses del Norte. Estos campamentos albergan entre 800 y 1,200 personas, incluyendo menores de edad, mujeres embarazadas y personas con necesidades de salud.
Ante este sombrío panorama, Médicos Sin Fronteras ha emitido un llamado urgente a las autoridades de la Ciudad de México para que tomen medidas inmediatas que garanticen la protección y seguridad de la población migrante. La ONG enfatiza la necesidad de una respuesta coordinada que incluya la provisión de albergues seguros y el acceso a servicios básicos para los migrantes.
La falta de una intervención efectiva no solo perpetúa la crisis humanitaria, sino que también contribuye a la creación de un entorno cada vez más hostil y peligroso para los migrantes que llegan a la capital en busca de un lugar seguro. La respuesta del gobierno local será crucial para evitar que la situación se deteriore aún más.