La creciente preocupación sobre las deportaciones masivas en Estados Unidos ha impulsado a una serie de abogados migrantes a ofrecer sus servicios de manera urgente en los canales de televisión en español. Ante la posibilidad de que miles de personas puedan ser deportadas bajo la administración del presidente electo Donald Trump, los anuncios en Texas se multiplican, buscando aliviar la angustia de migrantes que enfrentan la incertidumbre de perder a sus familias o ser deportados de forma inmediata. Estos anuncios son una respuesta directa a la demanda de servicios legales, en un contexto donde la amenaza de detenciones, incluso por infracciones de tránsito, ha generado un clima de temor generalizado.
El flujo de anuncios es el reflejo de la creciente demanda de asesoría legal, especialmente en regiones como el sur de Texas, donde las comunidades hispanas se sienten particularmente vulnerables. El miedo a ser detenidos, separados de sus seres queridos y deportados ha convertido a estos servicios en algo esencial para muchas personas. Sin embargo, el costo de contratar a un abogado especializado en leyes de migración es elevado, lo que ha llevado a muchas personas a recurrir a organizaciones sin fines de lucro que ofrecen asesoría gratuita, aunque la capacidad de estas instituciones es limitada.
La abogada Andrea Maldonado, que asesora a la organización Practice Mercy, advierte que solo en el sur de Texas existen cientos de litigantes especializados en migración, pero la mayoría de estos abogados solo podrán ayudar a quienes tengan los recursos suficientes para pagar por los trámites legales. “La preocupación más grande es que muchos no podrán costear el abogado que necesitan. Hay organizaciones como la nuestra que intentarán proporcionar ayuda legal humanitaria”, señala la abogada.
El temor aumenta a medida que se acerca el 20 de enero, fecha en la que se espera que la nueva administración implemente políticas más estrictas hacia los migrantes. De acuerdo con Maldonado, las circunstancias migratorias de cada persona varían significativamente, y algunas son tan complejas que requieren una atención legal especializada. En este sentido, la principal preocupación es la posibilidad de que se inicien las deportaciones masivas de más de 11 millones de personas que actualmente viven en EE. UU. sin un estatus migratorio legal.
Además de los abogados, las iglesias y otras organizaciones religiosas han jugado un papel fundamental en la asistencia a migrantes en situaciones críticas. En el pasado, cuando las políticas migratorias eran más estrictas, muchas iglesias se convirtieron en santuarios para aquellos que temían ser detenidos y deportados. Sin embargo, no hay legislación que impida que agentes de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) entren en estos recintos, lo que genera una sensación de incertidumbre y vulnerabilidad para quienes buscan refugio en ellos.
El pastor Ismael Flores, de la Iglesia de Nazareth en McAllen, explicó que a pesar del acoso de las autoridades, las iglesias seguirán siendo un lugar seguro para los migrantes. No obstante, reconoció que la situación podría volverse más peligrosa a partir del 20 de enero, cuando las deportaciones masivas sean una amenaza aún más real. Flores hizo un llamado a la calma, pero también a actuar rápidamente, sugiriendo que aquellos que puedan regularizar su estatus migratorio lo hagan cuanto antes, ya que la posibilidad de que las familias sean separadas se acerca.
Alma Ruth, directora de Practice Mercy, también advirtió que, a partir de la fecha mencionada, los migrantes enfrentarán una hostilidad mayor. Según Ruth, la actual crisis migratoria no debe tratarse como una amenaza de crimen organizado, sino como una crisis humanitaria que requiere respuestas inmediatas y compasivas. Esta organización, que brinda apoyo a migrantes en las regiones de Reynosa y Matamoros, enfrenta recursos limitados para hacer frente a los desafíos que se avecinan, especialmente con las restricciones impuestas por la Operación Lone Star en Texas.
El temor de una mayor represión contra los migrantes se intensifica en áreas como el Valle de Río Grande, donde los migrantes han sido expulsados a otros estados como Illinois, Nueva York y Georgia, como parte de las políticas de represión implementadas en los últimos años. Ruth destacó la necesidad urgente de apoyo económico y legal, tanto por parte de los abogados como de las organizaciones que proveen albergue y alimentación. Las perspectivas para el futuro son inciertas, y la situación podría empeorar con la llegada de nuevas políticas federales.
Finalmente, el pastor Flores cerró su mensaje con una reflexión sobre el temor constante que viven los migrantes, incluso aquellos con algún tipo de residencia legal. “La incertidumbre del migrante indocumentado es real”, comentó, añadiendo que la ansiedad de no saber si, al salir a comprar, una persona regresará a su casa intacta, es una de las principales preocupaciones que enfrentan cada día. La urgencia de asesoría legal y acompañamiento emocional es más relevante que nunca, pues las familias se enfrentan a un futuro lleno de incertidumbre y miedo ante las nuevas políticas migratorias.