Caravanas migrantes aceleran su paso ante la inminente llegada de Trump.

Caravanas migrantes aceleran su paso ante la inminente llegada de Trump.

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La próxima llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado un aumento en las caravanas de migrantes que cruzan México. En las últimas semanas, dos nuevos grupos han salido desde Tapachula, Chiapas, con el objetivo de llegar al norte antes de que se endurezcan las políticas antiinmigración. Las organizaciones humanitarias advierten que el número de migrantes continuará en aumento antes de que termine el año.

La próxima llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado un aumento en las caravanas de migrantes que cruzan México. En las últimas semanas, dos nuevos grupos han salido desde Tapachula, Chiapas, con el objetivo de llegar al norte antes de que se endurezcan las políticas antiinmigración. Las organizaciones humanitarias advierten que el número de migrantes continuará en aumento antes de que termine el año.

Tapachula: el punto de partida hacia el norte

Tapachula, en el estado de Chiapas, se ha consolidado como el principal punto de salida de los migrantes. La ciudad, ubicada en la frontera sur de México, recibe a miles de personas que llegan de países como Venezuela, Honduras, Ecuador y Colombia. Solo en el último mes, una caravana de 1,600 personas logró avanzar hasta Oaxaca, recorriendo más de 300 kilómetros en una semana.

El aumento del flujo migratorio ha desbordado los albergues, como el refugio Belén, que opera al 180% de su capacidad. Según su director, César Augusto Cañaveral, “el uso de la aplicación CBP One ha incrementado la llegada de migrantes”. Sin embargo, los tiempos de espera para una cita con autoridades estadounidenses han llevado a muchos a unirse a las caravanas.

Los peligros del camino

El viaje hacia el norte no está exento de riesgos. En Tapachula y otras partes de Chiapas, los migrantes enfrentan amenazas de crimen organizado, como secuestros y extorsiones. El tráfico de personas se ha convertido en un negocio lucrativo para los cárteles, quienes han incrementado sus tarifas en un 50%. Cada migrante secuestrado debe pagar hasta 200 dólares para ser liberado, el doble de lo que se cobraba hace un mes.

Además, las caravanas enfrentan condiciones extremas en el camino. Lesiones, deshidratación y enfermedades son comunes. Enrique López, de Médicos del Mundo, señala que en el último mes han atendido a más de 3,000 migrantes en sus puntos de hidratación y consulta médica. “Solo los más fuertes logran continuar”, asegura.

La presión por llegar antes del cambio de gobierno

Muchos migrantes temen que las políticas de Donald Trump bloqueen sus posibilidades de ingresar a Estados Unidos. José Luis, Yureni y su hijo Thiago, una familia de Colombia, esperan unirse a una caravana que los lleve a la frontera antes del 18 de diciembre, Día del Migrante. “No podíamos seguir viviendo en Colombia; nos amenazaron de muerte. Queremos llegar antes de que Trump cierre la puerta”, comenta José Luis, mientras acampan cerca de la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México.

Las políticas migratorias y su impacto

El Instituto Nacional de Migración (INM) ha intentado ofrecer un “corredor seguro” para los migrantes con citas confirmadas en Estados Unidos, pero la implementación ha sido limitada. Aunque el INM otorga permisos de 20 días para viajar, los costos del traslado a la frontera norte, que superan los 3,000 kilómetros, deben ser asumidos por los migrantes. Los que no pueden pagar un autobús, optan por el peligroso tren de mercancías conocido como La Bestia.

Niños y familias, los más vulnerables

La mayoría de los migrantes huyen de la violencia, la pobreza y los efectos del cambio climático en sus países de origen. Sin embargo, los niños son los más afectados por las duras condiciones del viaje. Según Ivonne Piedras, de Save the Children, “los menores enfrentan riesgos de insolación, deshidratación, ansiedad y abuso sexual en el camino”.

De enero a agosto, más de 925,000 migrantes ingresaron a México de manera irregular, de los cuales 108,000 eran menores de edad. Las organizaciones humanitarias temen que estos números sigan aumentando en los próximos meses, especialmente con la presión de llegar antes de que las políticas de Donald Trump entren en vigor.

Un panorama incierto

A pesar de los esfuerzos por desincentivar las caravanas, los migrantes siguen avanzando, impulsados por el deseo de una vida mejor. El aumento del flujo migratorio en Tapachula refleja la urgencia de quienes buscan escapar de la pobreza y la violencia, enfrentando enormes riesgos en el proceso.

En lo que queda de año, las caravanas seguirán desafiando las adversidades mientras intentan cruzar la frontera norte. Ante la incertidumbre política, los migrantes apuestan todo por alcanzar su objetivo antes de que el cambio de gobierno cierre las puertas a su sueño americano.

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