“No sé qué va a pasar”, expresó el inmigrante Oscar Silva, quien se encuentra a la espera de una respuesta tras presentar su solicitud para un programa de alivio migratorio. A sus apenas 23 años, Silva llegó a Estados Unidos como un bebé y reside en Texas junto a su esposa Natalie, una ciudadana estadounidense y maestra de secundaria. Con una cita previa para su examen biométrico ya agendada, la incertidumbre y el nerviosismo se apoderan de su hogar, dado que los recientes cambios legales han dejado a muchos inmigrantes en un limbo desconcertante.
Incertidumbre entre familias inmigrantes
Familiares y abogados de inmigración están sintiendo una creciente frustración después de la reciente orden del juez de distrito J. Campbell Barker. Las parejas que han presentado sus solicitudes se encuentran en una situación de incertidumbre, mientras que aquellas que aún no lo han hecho deben evaluar si es mejor esperar el desarrollo del proceso legal tras la impugnación presentada por fiscales generales republicanos. Esta orden, que se manifestó como una suspensión administrativa, tiene una vigencia inicial de 14 días, aunque podría extenderse aún más.
La decisión surgió como resultado de la denuncia interpuesta por 16 estados, liderados por fiscales generales republicanos, apenas días después de que se comenzaron a aceptar solicitudes, el pasado 19 de agosto. El presidente Biden criticó la decisión del juez, argumentando que separa injustamente a las familias inmigrantes. “Ese fallo está mal. Estas familias no deberían ser separadas innecesariamente”, sostuvo en un comunicado, reforzando su compromiso de proteger a las familias inmigrantes.
Reacciones legales y el futuro provocador
Muchos de los estados demandantes alegan que el programa podría causar un daño irreparable y acusan al gobierno de evadir al Congreso utilizando “descarados fines políticos”. El fiscal general de Texas, Ken Paxton, celebró la decisión del juez y enfatizó que su lucha por lo que considera el Estado de derecho recién comienza.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció que continuará aceptando aplicaciones y defenderá el programa en los tribunales, asegurando a los solicitantes que ya recibieron permiso temporal que no se verán afectados por la orden del juez. Sin embargo, el DHS no proporcionó información sobre la cantidad de solicitudes recibidas, aprobadas o sobre el tiempo estimado para resolver cada caso dentro de este nuevo marco.
El temor en las familias migrantes
Silva y su esposa Natalie experimentan nuevamente el miedo de una posible separación. Esta joven pareja pensó que, por fin, tenían una oportunidad tangible de regularizar su situación sin el temor de ser separados por años. “Pensamos que esta era finalmente nuestra oportunidad de pasar juntos por este proceso sin miedo a la posibilidad de pasar 10 años alejados”, lamentó Silva. Al enterarse de la suspensión, se siente desconsolado y triste, ya que la incertidumbre vuelve a invadir sus vidas.
La abogada Laura Flores-Perilla, especialista en temas migratorios, confesó que “realmente no hay nada claro” respecto al futuro de la cita programada para Silva y otros solicitantes. La pausa temporal afectará significativamente a cientos de personas que se encuentran atrapadas en este impreciso terreno legal.
Un llamado a la calma y la resistencia
Gregory Chen, director de la American Immigration Lawyers Association, reportó que ha escuchado de abogados sobre al menos cientos de casos presentados tras el lanzamiento del programa. La situación es compleja y los abogados están haciendo un esfuerzo por entender el impacto de esta reciente decisión en sus clientes. El servidor de preguntas y actualizaciones de la asociación colapsó ante la gran cantidad de consultas que recibieron después del fallo.
Los activistas temen que estos cambios temporales generen aún más caos e incertidumbre entre los solicitantes. Chen ha sido testigo del efecto que tienen los procesos legales en otros programas migratorios y asegura que este tema se debe tomar en serio. La comunidad inmigrante se enfrenta a tiempos inciertos y necesita mecanismos que reafirmen su esperanza en un proceso migratorio justo y transparente.
En resumen, la situación actual para los inmigrantes en Estados Unidos está marcada por una profunda inseguridad y el temor a que el progreso logrado hasta ahora se vea