El aumento de migrantes menores en tránsito por México ha alcanzado cifras alarmantes en los últimos años. Según datos recientes de la Unidad de Política Migratoria (2024), el número de niños, niñas y adolescentes procesados por las autoridades mexicanas ha crecido un 514% en comparación con 2018. Este fenómeno refleja no solo la creciente migración hacia los Estados Unidos, sino también el cambio en las dinámicas familiares que marcan el rumbo del éxodo. Cada vez más, las familias enteras emprenden el viaje hacia el norte, buscando un futuro mejor, pero también enfrentándose a peligros y traumas en el camino.
Crecen los Registros de Migrantes Menores en México
Hasta agosto de 2024, más de 108,000 menores de 18 años fueron procesados en México, una cifra que resalta el vertiginoso aumento respecto a años anteriores. En 2023, 113,542 menores fueron registrados durante todo el año. Estos números ponen de manifiesto una tendencia al alza, especialmente después de la pandemia de COVID-19, cuando el flujo migratorio experimentó una caída temporal. Los datos también reflejan un cambio importante en las características demográficas de los migrantes: en 2018, la mayoría de los menores eran no acompañados, pero hoy en día, más del 70% de los niños migrantes viajan acompañados de sus familias.
Este cambio es significativo, ya que hasta hace poco, las madres y padres no solían migrar con sus hijos pequeños. De hecho, en 2018, los adolescentes eran los más comunes entre los menores migrantes que cruzaban México. Hoy, los niños menores de 11 años representan el 72% de los migrantes menores procesados. Este fenómeno tiene profundas implicaciones, ya que los niños migrantes son más vulnerables a las violencias y riesgos que implica el viaje hacia el norte.
¿Por Qué Aumenta el Número de Menores Migrantes?
Uno de los principales factores que explican este aumento es la crisis que atraviesa Venezuela, que ha obligado a muchas familias a salir en busca de un futuro mejor. En 2024, se registraron 46,384 menores venezolanos cruzando México, un salto significativo respecto a los 37 de 2018. La razón detrás de esta migración masiva es conocida: la crisis económica y social que ha sumido a Venezuela en una situación desesperante. Las familias, al no ver futuro en su país, deciden migrar juntas, buscando un futuro en Estados Unidos.
Por otro lado, el aumento de migrantes menores de edad también está relacionado con la falsa creencia de que los niños pueden tener mayores posibilidades de quedarse en EE.UU. de forma permanente. Sin embargo, organizaciones defensoras de los derechos humanos alertan que este mito podría poner en peligro a miles de familias que emprenden un viaje arriesgado sin conocer las complejidades del proceso migratorio.
La Importancia de un Enfoque Integral y Diferenciado
La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México ha resaltado la necesidad de abordar el fenómeno migratorio con un enfoque más integral y diferenciado. Los menores, especialmente aquellos que viajan sin compañía, son sumamente vulnerables a diversas formas de violencia, como abusos sexuales, tráfico de personas y explotación laboral. En este sentido, se ha propuesto mejorar el acceso de los migrantes a servicios esenciales como salud, educación y atención psicológica, para mitigar los efectos traumáticos del viaje.
La migración infantil tiene consecuencias mucho más allá de la simple estadística. Son niños y adolescentes que atraviesan situaciones extremas, y es vital que las autoridades y la sociedad en general trabajen juntos para brindarles protección. Esta situación también subraya la necesidad de implementar políticas migratorias que protejan los derechos de los migrantes, especialmente los más vulnerables, como son los niños y adolescentes.
El Futuro del Éxodo Migrante en América Latina
Con el endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos y el retorno de figuras como Donald Trump, la situación de los migrantes menores podría empeorar. A pesar de la creciente presión sobre la frontera estadounidense, las familias siguen emprendiendo su viaje hacia el norte, impulsadas por la desesperación y la búsqueda de mejores condiciones de vida. Sin embargo, el panorama se torna incierto, ya que las políticas de deportaciones masivas podrían reducir el flujo migratorio hacia México, pero no resolverían las causas subyacentes que empujan a miles de familias a migrar.
México, como último país de tránsito hacia Estados Unidos, juega un papel crucial en la protección y atención de los migrantes menores. Es fundamental que las autoridades mexicanas y las organizaciones de la sociedad civil sigan trabajando en conjunto para garantizar la seguridad y el bienestar de los menores migrantes, quienes siguen siendo los más vulnerables en esta travesía. A pesar de los desafíos, la solidaridad y la cooperación internacional son esenciales para brindar un futuro mejor a los más pequeños de este éxodo.
Conclusión: ¿Qué Nos Depara el Futuro de la Migración Infantil?
El aumento del 514% en los migrantes menores en tránsito por México es una señal clara de que el fenómeno migratorio está cambiando, tanto en términos de volumen como de características. Las familias enteras, especialmente las venezolanas, están tomando decisiones difíciles y peligrosas para asegurar un futuro para sus hijos. Aunque el camino hacia Estados Unidos sigue siendo una meta para muchos, la situación de los migrantes menores requiere una respuesta urgente y efectiva de parte de los gobiernos y organizaciones humanitarias. Solo con un enfoque integral y la colaboración de todos los actores involucrados será posible garantizar que estos niños y adolescentes tengan un futuro mejor y más seguro.