Cerca de 90 mil migrantes apátridas provenientes de Asia y África han enfrentado serias dificultades para regularizar su estancia en México durante todo el 2024, según informó Roberto Rosales, encargado del área de naturalización de Sin Fronteras, una institución de asistencia privada.
Rosales explicó que esta problemática es resultado de varios factores, entre los que destacan la falta de capacitación y la ausencia de procedimientos administrativos claros en diversas delegaciones de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y el Instituto Nacional de Migración (INM). Además, señaló que los apátridas son personas que no son reconocidas como nacionales por ningún Estado, lo que les impide acceder a derechos básicos como educación, salud, empleo formal e identidad legal.
“Los apátridas enfrentan desafíos particulares que los colocan en una situación de extrema vulnerabilidad”, expresó Rosales.
Aumento del flujo migratorio asiático y africano
En los últimos años, México ha visto un aumento significativo en la llegada de migrantes provenientes de Asia y África, consolidándose como un punto clave en las rutas migratorias hacia los Estados Unidos. Este fenómeno refleja un cambio drástico en los patrones migratorios con respecto al año anterior.
De acuerdo con las estadísticas de la Unidad Política Migratoria y el Registro e Identidad de Personas, en 2023, México recibió 8,716 personas de Asia, destacando China (3,018 personas) y Uzbekistán (1,516 personas), así como 4,269 migrantes africanos, principalmente de Guinea (1,060) y Angola (1,756). Sin embargo, las cifras de 2024 superan estas cantidades.
Hasta el momento, en 2024, han ingresado al país 45,624 migrantes de Asia, siendo China (12,195 personas) e India (12,220 personas) los países con mayores flujos migratorios. Este aumento ha sido de más del 423% en comparación con el año pasado. Por otro lado, de África, han llegado 43,332 personas, con Guinea (8,075) y Senegal (7,867) liderando los registros. En este caso, el crecimiento es aún más impresionante, alcanzando un 915% respecto al año anterior.
Diversidad de nacionalidades y falta de documentación
Este aumento no solo se refleja en las cifras, sino también en la diversidad de nacionalidades que están arribando a México. Actualmente, el país ha recibido migrantes de 38 nacionalidades asiáticas y 46 africanas. Organizaciones de la sociedad civil destacan que este crecimiento migratorio responde a una serie de factores, como conflictos políticos, pobreza, violencia, inseguridad y la búsqueda de mejores oportunidades.
Sin embargo, los migrantes apátridas son los más invisibilizados dentro de este contexto, ya que muchos provienen de regiones como África y Asia, donde carecen de representación consular y no poseen la documentación necesaria, lo que agrava aún más su situación.
Trabas burocráticas para la naturalización
A pesar del incremento en el flujo migratorio, las autoridades mexicanas han sido incapaces de ofrecer una solución eficaz para la naturalización de los apátridas. De acuerdo con datos obtenidos por transparencia, México solo ha naturalizado a cinco personas apátridas entre 2008 y 2023. Este dato evidencia la falta de acciones concretas para abordar esta crisis.
Roberto Rosales comentó que desde Sin Fronteras consideran que la naturalización es una herramienta clave para garantizar los derechos de las personas apátridas. No obstante, el proceso es sumamente complicado y está sujeto a estrictos requisitos, tales como cinco años de residencia en México, aprobar un examen de cultura general y español, realizar un pago de más de 8 mil pesos y presentar actas de nacimiento apostilladas, lo cual resulta casi imposible para muchos apátridas.
A pesar de las recomendaciones de organismos internacionales como el ACNUR, las autoridades mexicanas no han flexibilizado los trámites. Se han propuesto alternativas, como la creación de un procedimiento simplificado similar al de los refugiados, donde se eliminarían ciertos requisitos, como la presentación de actas apostilladas.
“La apatridia no solo implica la pérdida de nacionalidad, sino también de una identidad. Es fundamental que el Estado mexicano cumpla con las normativas internacionales que garantizan el derecho a la nacionalidad y adopte medidas proactivas para erradicar la apatridia”, subrayó Rosales.
Este creciente fenómeno migratorio hace más urgente que el gobierno mexicano tome acciones concretas para proteger los derechos de los apátridas y garantizar su identidad. Es esencial visibilizar a esta población y establecer procesos administrativos justos y eficaces que les permitan acceder a sus derechos fundamentales.
El gobierno mexicano tiene ante sí una gran responsabilidad en este momento crucial, ya que la situación de los apátridas sigue siendo una de las más graves crisis humanitarias en el país.