
El contrabando de migrantes en la frontera es ahora un negocio multimillonario
Ante la creciente demanda de coyotes, el crimen organizado entró en escena, con resultados crueles y violentos.
Ante la creciente demanda de coyotes, el crimen organizado entró en escena, con resultados crueles y violentos.
La madrugada del viernes 6 de mayo, Gerardo Ávila y otros cinco migrantes treparon el muro fronterizo estadounidense desde una carretera mexicana, situada a aproximadamente medio kilómetro al oeste del puerto de entrada de Otay Mesa en San Diego.
Este problema en la frontera sur de EU ha evolucionado en los últimos 10 años.
Estos migrantes cubanos se encontraban de forma irregular en México y Estados Unidos, por lo que fueron deportados a la isla.
En los últimos tres años y medio, un millón 818 mil 147 migrantes mexicanos fueron detenidos en la frontera norte al tratar de alcanzar el sueño americano, superando en 35% a los que se detuvo en todo el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, que fue de un millón 163 mil 909 connacionales.
Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena, informó que la retención de migrantes en México despuntó en un 79 por ciento entre junio y julio de este año.
La cifra significa casi 400 más que la del siguiente año más alto (854 en 2019). A su vez, desde 2014, se han registrado más de 6,500 muertos o desaparecidos.
Lejos quedaron los tiempos en que delincuentes de manera aislada conocidos como ‘coyotes’ se dedicaban a cobrar ciertas cantidades de dinero por llevarse a paisanos de Guanajuato en busca del sueño americano. Hoy, son las bandas del crimen organizado las que obtienen jugosas ganancias abusando de la necesidad de cientos de personas que de la entidad buscan cruzar la frontera hacia los Estados Unidos.
Jaime Pacheco, de 53 años, y Sebastián Ronaldo, de 21, salieron de Guatemala con la intención de llegar a Estados Unidos a través del desierto de Arizona, sin embargo, en el camino perdieron su rumbo y estuvieron a punto de morir en medio de la nada.
A pesar de la tragedia, algunos ya preparan maletas para aventurarse en búsqueda del “sueño americano”, aunque puedan morir en el recorrido.