Los viajeros que actualmente pueden entrar a Estados Unidos sin visa pronto podrían enfrentar nuevos requisitos que complican el ingreso. Según un aviso oficial publicado en el Registro Federal, el gobierno estadounidense propone exigir a turistas de los países exentos de visa que revelen sus historiales de redes sociales correspondientes a los últimos cinco años antes de obtener la autorización para viajar.
La medida no se limitó a redes sociales: también incluiría otros datos sensibles como los números telefónicos utilizados en los últimos cinco años, correos electrónicos de la última década, información sobre familiares e incluso datos biométricos. Hasta ahora, quienes solicitaban el permiso conocido como ESTA —el mecanismo que permite estancias de hasta 90 días sin visa— solo tenían que proporcionar información básica: datos personales, dirección, correo, teléfono y un pago de 40 dólares.
La propuesta representa un endurecimiento claro en las políticas migratorias: someter incluso a quienes viajan por turismo o negocios breves a un escrutinio digital profundo. Para personas de países latinoamericanos —o de todo el mundo— que viajan frecuentemente por trabajo, estudios, turismo o con intenciones de migrar, este requisito podría representar una barrera inesperada.
Más aún, la exigencia de historial de redes sociales introduce riesgos adicionales: muchas personas regulan su actividad digital, y publicar o hacer accesibles datos privados podrían vulnerar la privacidad o provocar rechazo por publicaciones pasadas, sin relación directa con intenciones migratorias. Además, la obligación de entregar información de familiares y datos biométricos incrementa la vulnerabilidad frente a errores, discriminación o decisiones arbitrarias.
Este cambio también puede influir en las dinámicas migratorias hacia Estados Unidos: un mayor control sobre visitantes podría desalentar la movilidad, complicar reunificaciones familiares, visitas temporales o viajes de trabajo, y disuadir a quienes buscan oportunidades o regularización. Las consecuencias se agravan en un contexto regional donde muchas personas migran en busca de mejores condiciones.
Más allá de los trámites: esta medida de control reforzado revela que emigrar o incluso visitar Estados Unidos ya no es solo una cuestión de documentos oficiales. Implica exponer parte de la vida digital, con consecuencias humanas profundas. Queda en evidencia que el escrutinio migratorio ahora incluye un repaso digital que puede marcar el éxito o fracaso de un viaje, con implicaciones graves para la privacidad, la libertad y la movilidad.
