Menos migrantes, menos remesas: el golpe silencioso de Trump a millones de familias latinoamericanas

Menos migrantes, menos remesas: el golpe silencioso de Trump a millones de familias latinoamericanas

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Una nueva ola de endurecimiento migratorio en Estados Unidos, encabezada por el gobierno de Donald Trump, podría convertirse en una bomba de tiempo económica para millones de hogares vulnerables en América Latina. El flujo de remesas, que alimenta directamente a familias que dependen de estos ingresos para sobrevivir, corre el riesgo de disminuir drásticamente en los próximos meses, advierten expertos.

Una nueva ola de endurecimiento migratorio en Estados Unidos, encabezada por el gobierno de Donald Trump, podría convertirse en una bomba de tiempo económica para millones de hogares vulnerables en América Latina. El flujo de remesas, que alimenta directamente a familias que dependen de estos ingresos para sobrevivir, corre el riesgo de disminuir drásticamente en los próximos meses, advierten expertos.

En 2024, América Latina y el Caribe recibieron más de 160,900 millones de dólares en remesas, según el Banco Mundial. Para países como Honduras o Jamaica, estas transferencias equivalen a hasta un cuarto de su PIB. En México, aunque el impacto es menor a nivel macroeconómico, las remesas representan el sustento de millones de personas, especialmente en hogares liderados por mujeres y situados en zonas rurales.

Pero las alarmas están encendidas. Rodrigo Valdés, del Fondo Monetario Internacional (FMI), advirtió que las remesas podrían comenzar a bajar a largo plazo, pese a que hoy aún presentan un leve crecimiento. La causa: una combinación de deportaciones crecientes, restricciones migratorias y la precarización laboral que enfrentan los migrantes en EE.UU.

El Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) estima una caída de hasta 2.9% en remesas para México en 2025. Aunque parezca un número pequeño, significa menos comida, menos salud, menos educación para miles de familias. La economista Sofía Ramírez explica que si los migrantes tienen menos ingresos por persecución o falta de empleo, inevitablemente envían menos dinero.

El temor más grande: deportaciones masivas. En solo 100 días de gobierno, Trump ha deportado a más de 142,000 migrantes indocumentados. Si esta tendencia continúa, el efecto no solo será humano, sino profundamente económico. “La tragedia vendría si se mantiene este tono de persecución”, advierte Ramírez, afectando especialmente a Centroamérica y México.

Y para quienes logran quedarse, el panorama tampoco es alentador. Muchos aceptarán peores sueldos, en condiciones laborales más riesgosas y sin derechos. Esto no solo merma su calidad de vida, sino que reduce drásticamente su capacidad de enviar remesas. Aunque manden el 20% de lo que ganan, “si ganan menos, llega menos”, señala Ramírez.

El dinero que envían los migrantes tiene destinos muy claros: manutención, educación, salud, vivienda y pequeños negocios. Sin remesas, no hay red de apoyo. Aunque no aportan directamente al crecimiento económico como las exportaciones, su pérdida sería una tragedia cotidiana para las familias que ya viven al límite. Y esa tragedia, hoy, parece más cerca que nunca.

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