Cada año miles de migrantes buscan oportunidades laborales en Estados Unidos, muchas veces bajo condiciones precarias, sin títulos académicos ni experiencia profesional. Pero ¿qué tan rentable es un trabajo temporal ofrecido legalmente? Un informe reciente de los Servicios de Inmigración y Ciudadanía de EE.UU. (USCIS) y datos recogidos por viveusa.mx revelan cuánto ganan quienes acceden a empleos no agrícolas mediante la visa H-2B.
El programa H-2B permite que empleadores estadounidenses contraten trabajadores extranjeros para empleos temporales no agrícolas. Según los datos, algunos de los trabajos más solicitados incluyen operador de equipo pesado, electricista, plomero, carpintero, albañil, soldador, pintor, instalador de tuberías y trabajador metalúrgico de refuerzo.
Aquí los ingresos por hora de algunos de estos empleos:
- Soldador: US$18.87 por hora
- Electricista: US$18.52 por hora
- Operador de equipo pesado: US$18.06 por hora
- Instalador de tuberías: US$17.05 por hora
- Albañil: US$15.66 por hora
- Plomero: US$15.60 por hora
Aunque esos montos pueden parecer tentadores, es importante precisar que los salarios son calculados “por hora”, lo que implica que los ingresos totales dependen del número de horas trabajadas, los días disponibles, además del costo de vida en el lugar donde se labore. Migrantes que aceptan estas ofertas temporales pueden enfrentar jornadas largas, desplazamientos, barreras de idioma, condiciones climáticas duras, falta de servicios básicos y la vulnerabilidad que implica depender completamente de la autorización migratoria.
Para acceder a la visa H-2B, el proceso exige que el empleador presente primero una Certificación de Trabajo Temporal ante el Departamento de Trabajo de EE.UU.; después debe tramitar el Formulario I-129 ante USCIS. Si todo avanza, el trabajador extranjero debe solicitar la visa en el consulado correspondiente y contar con pasaporte vigente, comprobante de pago de tarifas, un número de petición válido, además de asistir a una entrevista consular y someterse a validación de datos biométricos. Sin embargo, la petición puede rechazarse si no se demuestra que no hay suficientes trabajadores estadounidenses disponibles para ocupar el puesto.
Para muchos migrantes, estos empleos representan una puerta legal de entrada a EE.UU., una oportunidad para enviar remesas o construir un futuro mejor. Pero también pueden ser trampas de explotación si no se conocen los derechos laborales, si se trabaja sin protección, o si se vive en condiciones precarias. En el peor de los casos, quienes no cumplen perfectamente con todos los requisitos corren el riesgo de rechazo de visa, deportación o quedar atrapados en empleos sin garantías.
El programa H-2B es una opción viable, sí, pero no exenta de riesgos. Para quienes consideren emigrar con esta vía, es vital informarse bien: conocer las leyes laborales, el salario establecido para el puesto, los costos reales de vivir en la zona de trabajo y la documentación necesaria. Fallar en alguno de estos pasos puede costar mucho más de lo que se gana: pérdida de tiempo, deuda, separación familiar o sanciones migratorias. Y eso, más allá del sueño americano, es una realidad urgente a tener en cuenta.