Un reciente informe muestra las diversas maneras como los grupos del crimen organizado victimizan a los migrantes centroamericanos en México.
El informe, del Centro Robert Strauss para la Seguridad Internacional y el Derecho de la Universidad de Texas en Austin, titulado “Crimen organizado y migración centroamericana en México”, señala que los migrantes que huyen de las pandillas centroamericanas se ven obligados a enfrentar e interactuar con los grupos del crimen organizado en México, lo que hace que su viaje migratorio sea aún más riesgoso.
Distribución geográfica de los crímenes contra los migrantes
Utilizando la denominada Base de Datos de Riesgo Migratorio de América Central (CAMRD por sus iniciales en inglés), una base de datos de código abierto que registra los crímenes cometidos contra migrantes y reportados en periódicos mexicanos, el informe señala que, a lo largo de su trayectoria, los migrantes deben enfrentar múltiples amenazas de diversos actores criminales, especialmente en la ruta migratoria del oriente del país.
Según el informe, los migrantes centroamericanos deben enfrentar tres tipos de actores criminales: delincuentes locales, pandillas, y organizaciones criminales transnacionales. Los actores locales y las pandillas suelen ser menos organizados y explotan a los migrantes mediante delitos menores, como robo, extorsión, asalto y agresiones sexuales. Por otro lado, los grupos criminales organizados más sofisticados, como el Cartel del Golfo y Los Zetas, les cobran a los migrantes para permitirles el paso, pero también los secuestran y dirigen redes de tráfico, además de atacar a quienes hacen su travesía por México.
El informe constata que el secuestro es el delito más lucrativo que se comete y es realizado sobre todo por organizaciones criminales transnacionales. Gracias al secuestro, los grupos del crimen organizado pueden ganar unos US$5.165 por migrante y hasta US$20,5 millones al año.
El informe documenta crímenes contra los migrantes desde el principio hasta el final de su travesía por México. Los secuestros se concentran especialmente en la frontera norte del país con Estados Unidos, mientras que los asaltos y las extorsiones suelen presentarse en el sur de México.
Análisis de InSight Crime
Si bien presenta valiosa información en su análisis, el informe deja de lado un actor importante: el Estado mexicano. Ello podría deberse a que el informe se realizó “como respuesta a una solicitud” de la Policía Federal de México.
Tanto el Instituto Nacional de Migración (INM) como diversos sectores de la policía local y federal han sido vinculados al secuestro y la extorsión de los migrantes, como lo documenta InSight Crime en una serie de informes sobre la violencia contra los migrantes en México.
El reciente informe constituye entonces un valioso documento que recuerda los peligros que representa el crimen organizado para los migrantes. Y dado que el hampa de México se fragmenta cada vez más, los grupos criminales están intensificando su participación en crímenes más locales y altamente rentables, como el secuestro.
Como señala el informe, la migración ilegal de centroamericanos es una industria que les genera millones —o quizá billones— de dólares a los grupos del crimen organizado. Y dado que Estados Unidos se encuentra promulgando políticas cada vez más duras para tratar de disuadir la migración, los grupos del crimen organizado pueden beneficiarse aún más a medida que los migrantes se ven forzados a recurrir al mercado ilegal y obligados a tomar rutas menos transitadas.