La mayoría son hondureños indocumentados. Cruzan la frontera sur de México para llegar a Estados Unidos, pero cuando apenas comienzan la travesía, el sueño se convierte en pesadilla.
Los secuestran en los trenes, en medio de la noche y cuando no hay testigos. Según un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en México hay un promedio de 54 inmigrantes indocumentados secuestrados al día.
Se trata de secuestros masivos de decenas de personas que son obligadas a trabajar como esclavos, a prostituirse o a someterse a todo tipo de humillaciones para conseguir su libertad, según la CNDH.
“Agarraron un fierro que tenía una zeta dibujada, lo calentaron y me dijeron: Ahora sí te va a llevar la chingada madre“, contó una de las víctimas citadas por el informe, que denuncia haber sido torturada por sus secuestradores.
Este hondureño de 18 años declaró que no sólo le tocó vivir la experiencia en carne propia, sino que también vio lo que le sucedía a otros jóvenes que fueron secuestrados en su grupo.
“Él no quería hablar, no quería hablar, y le dijo: Sos mudo que no hablas o no tienes lengua… Te voy a quitar la lengua para que de verdad no hables. Y agarraron un cuchillo, un puñal, le abrieron la boca y le rajaron la lengua”.
“Extrema crueldad”
“El secuestro de migrantes se ha convertido en una práctica constante, generalmente impune y con rasgos de extrema crueldad, realizado tanto por el crimen organizado como por agentes de autoridad”, dijo José Luis Soberanes, presidente de la CNDH.
El organismo investigó durante seis meses el tema de los secuestros conversando directamente con inmigrantes indocumentados que llegan a los albergues administrados por la iglesia católica en la frontera entre México y Guatemala.
El resultado fue un total de 9.758 personas secuestradas entre septiembre de 2008 y febrero de 2009.
El gobierno del presidente Felipe Calderón, a través del Instituto Nacional de Migración, le dijo a BBC Mundo que está estudiando el informe y declinó referirse al tema.
Investigan a autoridades
Este informe se publica días después de que el representante del Instituto Nacional de Migración en el sureño estado de Yucatán, Hernán Vega Burgos, fuera removido de su cargo por su presunta participación en una red de tráfico de personas.
La fiscalía de Yucatán informó que está investigando a otros funcionarios posiblemente implicados en el delito.
El escándalo salió a la luz pública luego de que dos mujeres costarricenses denunciaran haber sido víctimas de secuestro y explotación sexual.
Vega Burgos niega los cargos que se le imputan.
Casos sin denunciar
La cifra oficial de secuestros en México es de tres personas al día, según la información entregada a BBC Mundo por la Secretaría de Seguridad Pública.
Sin embargo, los casos documentados por la CNDH en el informe no son denunciados a las autoridades.
El organismo detalló que los rescates que piden los secuestradores a las familias de las víctimas en sus países de origen van de US$1.500 a US$5.000, una cifra que difícilmente pueden pagar los parientes de los inmigrantes.
El 67% de los perjudicados son hondureños, el 18% salvadoreños y el 13% guatemaltecos.
Pero también se han detectado casos minoritarios de inmigrantes provenientes de Nicaragua, Ecuador, Brasil, Chile, Costa Rica y Perú.
¿Quiénes son los secuestradores?
Según la investigación, estos secuestros son realizados por el crimen organizado con participación, en al menos 91 casos, de las autoridades mexicanas.
“En varias ocasiones hay participación abierta de corporaciones policíacas a nivel municipal y estatal”, dijo Mauricio Farah, miembro de la CNDH.
“Los migrantes, al ver que las autoridades están implicadas, tienen miedo a denunciar”, agregó.
Farah afirmó que las víctimas habían identificado a sus secuestradores como miembros de Los Zetas, uno de los mayores carteles de la droga de México, o como miembros de las llamadas “maras”, organizaciones delictivas con presencia en Centroamérica y el sur de México.
Del total de secuestros documentados en el informe, 157 corresponden a mujeres, cuatro de las cuales estaban embarazadas.