Aunque se señale solo a venezolanos, la realidad es que esta selva es cruzada por miles de migrantes.
Recientemente el hasta ahora desconocido nombre de Darién ha colmado titulares de medios de comunicación en Venezuela y ha sido tendencia en redes sociales por informaciones que dan cuenta de la muerte de venezolanos que intentan cruzar esta selva fronteriza entre Colombia y Panamá, sitio que ha sido históricamente un paso de migrantes y refugio de narcotraficantes.
Historias desgarradoras de sobrevivientes son viralizadas por redes sociales y colocadas como principal noticia de los medios venezolanos donde la opinión que prevalece sobre el suceso está signada por las voces de políticos identificados con la oposición venezolana que culpan de esta situación al Gobierno que encabeza del presidente Nicolás Maduro.
«Hubo una niña que se le estrelló a la mamá y se mató y los dos padres se ahorcaron» es la narración de una de las migrantes que logró atravesar esta selva y que fue documentada desde un campamento para migrantes en Panamá.
¿Quiénes cruzan?
Pese a que durante las últimas semanas se señale solo a migrantes venezolanos, la realidad es que este paso ha sido cruzado por centenas de miles de personas durante varias décadas, siendo los colombianos, país fronterizo que comparte esta selva, los de mayor tránsito de quienes buscan llegar a Estados Unidos.
De acuerdo a un informe de la Unicef en el 2021 más de la mitad de quienes realizaron esta peligrosa travesía son haitianos, aunque acota que los migrantes que emprenden esta aventura provienen de al menos 50 países siendo África y Asia, después de Haití, las regiones con mayor índice de estos caminantes que buscan el American Dreams.
Este mismo informe precisa que en el mismo periodo, al menos 19 mil niños y niñas han atravesado esta selva, apuntando que 1 de cada 5 migrantes son niños donde la mitad tiene menos de 8 años.
“Cada niño y niña que cruza la selva del Darién a pie es un superviviente”, ha dicho la directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Jean Gough.
Esta terrible situación tan poco reseñada en los medios latinoamericanos hasta este 2022 donde toma un auge apuntando principalmente hacia los migrantes venezolanos, solo en el 2021 dio cuenta de al menos 5 niños encontrados muertos y más de 150 infantes que llegaron sin sus padres, situación que hace presumir su muerte o asesinato.
De vieja data
Dado el espesor de su vegetación, lo pantanoso de sus caminos y lo caudalosos de sus ríos, esta región fronteriza ha servido de refugio para guerrilleros, pero principalmente narcotraficantes, quienes utilizan este paso para el transporte de drogas con destino a Centroamérica y desde allí a Estados Unidos, país con el mayor nivel de consumo de sustancias estupefacientes del planeta.
La presencia de estos grupos incrementa los peligros de esta región tal y como lo reseña la Unicef al denunciar que entre enero y septiembre de 2021 se registraron 29 denuncias de abuso sexual de niñas adolescentes durante el viaje, mientras que muchas más mujeres han denunciado abusos sexuales.
“Nunca antes nuestros equipos sobre el terreno habían visto a tantos niños y niñas pequeños cruzando la selva del Darién, a menudo sin compañía. Una afluencia tan creciente de niños y niñas que se dirigen al norte desde Sudamérica debería ser tratada urgentemente como una grave crisis humanitaria en toda la región, más allá de Panamá”, afirmó Gough.
El 2021 los testimonios de colombianos que cruzaron esta región selvática donde la periodista señala que “más de 18 mil personas migrantes llegaron a Panamá desde Colombia en el mes de julio, cifra más elevada en lo que va de año, superando los más de 11 mil de junio”.
Igualmente reseñan que los Gobiernos de Panamá y Colombia se habían comprometido con promover un paso seguro sin que a la fecha se haya iniciado alguna acción en este sentido.
Refugio de narcotraficantes
“El teniente González de la Infantería de Marina en Juradó reconoce que el lado panameño se ha vuelto refugio intocable de malhechores y que, ‘por desgracia’, nada se puede hacer”, resalta un trabajo especial periodístico publicado en el diario español El País el 16 de febrero de 2006.
“Clan del Golfo tapona a migrantes en el Darién”, se titula una publicación del El Colombiano del pasado 19 de febrero de 2019 donde cuenta como esta organización narcoparamilitar controla los negocios ilegales de la región desde al menos el 2007.
“Esto no tiene época mala”, afirma rascando el incipiente bigote un “coyote” que acota: “aunque… puede cambiar, porque los señores de arriba dijeron que nadie puede embarcar a esa gente hasta nueva orden”, esto en referencia a los integrantes del Clan del Golfo que en ese año prohibieron trasportar migrantes para evitar atraer la atención de las autoridades. Esta advertencia estuvo sentada sobre el asesinato de cuatro “coyotes” que incumplieron las órdenes en manos de estos narcoparamilitares.
Cruel politización
Como se evidencia en lo expuesto la realidad sobre el paso de migrantes en el Darién no es una novedad, ni consecuencia de la crisis económica venezolana, tal y como lo han promocionado sectores del extremismo opositor venezolano.
“Es la dictadura de Maduro la que ha empujado a los venezolanos a arriesgar su vida en la selva del Darién”, escribió recientemente el exdiputado y autoproclamado “presidente” Juan Guaidó en su cuenta en la red social Twitter, donde promociona un “documental” donde se narra la travesía del Darién focalizado en señalar que “ahora los venezolanos conforman el grueso del flujo migratorio”.
Otra de las voces del extremismo opositor que han tomado como discurso “el drama de los venezolanos en el Darién”, es el prófugo de la justicia venezolana Julio Borges, quien al igual que Guaidó carga contra el Gobierno venezolano al que acusa de promover la ruina del país.
Estas aseveraciones y acusaciones de estos voceros del extremismo, que han sido los promotores de la andanada de sanciones contra Venezuela que mermaron el 99 % de los ingresos al país y que además mantienen una estrategia de “gobierno paralelo” que ha significado el bloqueo de recursos venezolanos en el exterior, han sido cuestionadas por defensores del Gobierno que denuncian una nueva campaña destinada a promover la imagen de una “crisis humanitaria”.
«Los venezolanos son minoría (…) Lo que pasa es que hay que explotar comunicacionalmente al venezolano para hacerle daño a Venezuela, y eso se lo llevan a (Luis) Almagro (…), porque hay que atacar a Venezuela», sostuvo el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, quien además agregó que desde el extremismo opositor existe una campaña para incentivar la migración de los más jóvenes.
«La visualizó el comandante (Hugo) Chávez con aquello del ‘Me iría demasiado’. El comandante alertó a los jóvenes y les dijo ‘no te vayas, quédate en tu tierra, quédate en tu país’, pero la campaña es perversa por vía de las redes sociales dirigida a sectores de la juventud que creen que van a encontrar el paraíso en otro sitio», recordó.
Otra de las acusaciones que han surgido contra los sectores vinculados a estas campañas de exaltación de la migración venezolana, es la exacerbación de este fenómeno con el fin de obtener financiamiento emulando lo acontecido entre 2018 y 2021 donde Estados Unidos, Europa y varias organizaciones remitían recursos para la atención de los migrantes, dinero sobre el que existen denuncias de malversación.
En medio de este maremágnum de noticias con titulares desgarradores y la viralización de testimonios de venezolanos, la realidad es que esta ruta colmada de peligros naturales y bandas criminales, seguirá siendo el cementerio de algunos y cruel testimonio de otros que venidos de diversas partes del mundo, año tras año y desde hace varias décadas cruzan esta selva bajo la mirada esquiva de políticos y medios de comunicación que ahora en Venezuela se interesan para especular y publicitar las historias de aquellos que deciden transitar por la ruta del Darién.
