Declaraciones de Karin Hulshof sobre los derechos humanos de los niños migrantes
El migrante en América Latina y el Caribe enfrenta una realidad compleja, donde aproximadamente una cuarta parte de ellos son niños. Este miércoles, Karin Hulshof, directora regional en funciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), enfatizó la importancia de reconocer los derechos humanos de estos pequeños. Subrayó que todos los niños migrantes tienen derecho a la protección y a la unidad familiar, un principio fundamental que debe ser respetado sin importar las circunstancias.
La migración forzada: una cruel necesidad.
Las familias no eligen dejar su hogar por gusto. Según Hulshof, migran como resultado de niveles insoportables de desigualdad, pobreza y violencia. Además, desastres naturales y fenómenos meteorológicos extremos obligan a muchas personas a abandonar sus hogares, enfrentándose a rutas peligrosas en busca de seguridad y refugio. Estos viajes están repletos de riesgos, y los menores de edad se encuentran especialmente vulnerables a situaciones que pueden amenazar sus vidas.
Sin importar su estatus migratorio, todos los niños tienen derecho a estar con su familia o cuidadores, tal como lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño. Esto refuerza la necesidad de que los gobiernos adopten medidas que protejan a los menores migrantes y eviten la separación familiar, una práctica que se ha vuelto alarmante en varias naciones.
La importancia del proceso migratorio.
Un aspecto crítico mencionado por Hulshof es el derecho de todos los niños migrantes y refugiados a un proceso justo que evalúe su interés superior. Esto incluye buscar soluciones sostenibles a su situación, ya sea a través de la integración en el país de residencia, la repatriación a su hogar o la posibilidad de reubicación en un tercer país. Este enfoque integral no solo busca mejorar la calidad de vida de los menores, sino también de sus familias.
El derecho de asilo: esencial para la protección de los niños migrantes
UNICEF también advierte que los niños migrantes tienen el derecho fundamental de solicitar asilo. No se les debe devolver a lugares donde su vida o bienestar pueda estar en riesgo. Este compromiso está alineado con el principio de que todos los niños, independientemente de su situación, merecen protección y seguridad.
A medida que los gobiernos de América Latina y el Caribe enfrentan el desafío de la migración, es crucial que adopten procedimientos que mantengan unidas a las familias y reúnan a los niños que han sido separados de sus cuidadores. Hulshof enfatiza que UNICEF está comprometido a trabajar con los países de la región para garantizar que sus políticas migratorias prioricen el máximo interés de los niños.
En resumen, la situación de los niños migrantes en América Latina y el Caribe es un llamado a la responsabilidad colectiva. Proteger los derechos humanos de estos menores y facilitar la unidad familiar es esencial para ayudarles a navegar las complejidades de la migración. Todos los gobiernos deben actuar con urgencia y empatía, asegurando que las políticas y prácticas migratorias reflejen el compromiso hacia el bienestar y la seguridad de los niños, quienes son en gran medida el futuro de nuestras sociedades.