Cientos de migrantes continúan llegando todos los días a la frontera sur de México, especialmente a Tapachula, que es la entrada de los migrantes centroamericanos, quienes llevan meses desde que comenzó su travesía en busca del sueño americano.
Justo es en esa travesía que tienen que pasar por varios países, rutas, departamentos y comunidades; que tienen que pagar piso, peajes, para evitar que les hagan otros horrores que no nos podemos ni imaginar.
Tal es el caso de Eduardo Meza, un migrante proveniente desde el Ecuador que solicita refugio en Tapachula, para volver a tomar un nuevo aire que lo llevé a él y a su familia hasta la frontera con los Estados Unidos.
“Llegando a Tapachula solo nos dan hasta tres días de asilo y después de ese tiempo uno tiene que encontrar la forma de moverse hasta la frontera norte. Pedimos que nos apoyen con alimentos porque en el camino nos robaron todo; en Honduras, en Nicaragua, en todas las partes que hemos pasado nos han quitado todo otros migrantes”.
Después de los tres días que los migrantes entran por Tapachula, les otorgan un permiso de migración de estancia provisional en México y tienen que tomar unas camionetas o autobuses que los trasladen hasta la frontera norte, pero si no tienen dinero para pagar el transporte tienen que buscar rutas alternas y más peligrosas.
Los migrantes de la frontera de Tapachula reportan que “Mexicali es el paso más seguro y real que existe, si es que quieren cruzar hacia los Estados Unidos”.
Aunque comentarios en redes sociales mencionan que los rumores son los que traen engañados a los migrantes y después cuando despiertan de su propia realidad, ya es tarde porque se encuentran a miles de kilómetros de sus países de origen.
