Personal del INM y elementos de la Guardia Nacional intentaron detener a un sacerdote cuando este se encontraba trasladando a mujeres e infantes migrantes.
Personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y elementos de la Guardia Nacional (GN) intentaron detener a un sacerdote cuando este se encontraba trasladando a mujeres e infantes migrantes integrantes de la caravana hacia el hospital regional de Huixtla, Chiapas.
Este miércoles, cuando el responsable de la iglesia San Francisco de Asís, el sacerdote Heyman Vázquez Medina, se ofreció a llevar agua a los indocumentados de la caravana “Justicia, Paz y Libertad del Pueblo Migrante”, halló a un lado de la carretera Echegaray-Pijijiapan a mujeres que viajaban con sus hijos en brazos que se encontraban en estado de deshidratación. Además, algunos de ellos habían sufrido golpes de calor, mientras que también presentaban fiebre, diarrea y tos.
Ante ello, el religioso decidió llevarse a las féminas y a los menores de edad a ser atendidos en el hospital regional del municipio, sin embargo, elementos de la Guardia Nacional y de la migra mexicana, atravesando sus unidades en la carretera, lo amenazaron con llevarlo ante el Ministerio Público por trasportar a los extranjeros en su camioneta.
Fue el mismo sacerdote Heyman Vázquez el que denunció los actos prepotentes que realizaron las autoridades mexicanas. No obstante, aseguró que él no les tiene miedo ni a los agentes de seguridad ni a los de la migra.
“La Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración, como siempre, con prepotencia me atravesaron sus carros en la carretera y amenazaban con llevarme al Ministerio Público porque llevaba a las mujeres y los niños migrantes en mi camioneta”, dio a conocer el religioso.
Relató que cuando los elementos le impidieron el paso, él les enfatizó que no les tiene miedo y que su labor es llevar a los migrantes que necesitan ser atendidos en un hospital, puesto que ni la GN ni el INM les ofrecen ayuda médica.
Cabe mencionar que el padre de la iglesia de San Francisco de Asís del municipio de Huixtla, Chiapas, decidió abrir las puertas del recinto religioso para que los indocumentados tengan un lugar para descansar en su viaje por la república mexicana y, con ello, evitar que sean detenidos.
