La Patrulla Fronteriza coordinó el rescate de Jaime Pacheco y Sebastián Ronaldo quienes llevaban varios días caminando bajo un calor extremo. Los guatemaltecos no tenían agua, tampoco comida y gracias a un celular lograron salir con vida.
Jaime Pacheco, de 53 años, y Sebastián Ronaldo, de 21, salieron de Guatemala con la intención de llegar a Estados Unidos a través del desierto de Arizona, sin embargo, en el camino perdieron su rumbo y estuvieron a punto de morir en medio de la nada.
Los inmigrantes señalaron que llevaban seis días intentando llegar a Estados Unidos en condiciones precarias: no tenían comida, el agua se les había acabado y el calor que se sentía en el lugar los había deshidratado.
El panorama tanto para Pacheco como para Ronaldo era desalentador, razón por la que decidieron llamar a sus familias para despedirse; la pila les daba para hacer una llamada más y marcaron al 911 para pedir ayuda.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza y el equipo de BORSTAR se prepararon para rescatar a los inmigrantes que estaban en la montaña Contreras, un lugar de difícil acceso por tierra, por lo que decidieron que lo más conveniente sería extraerlos vía aérea y con ayuda del equipo de Aire y Marina de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza iniciaron el operativo de rescate.
“Creía que íbamos a morir”
Una vez que fueron hallados ambos hispanos fueron rescatados en un lapso de una hora y lo primero que hicieron fue beber agua con suero para hidratarse; ambos fueron trasladados a una cancha de fútbol en Three Points, al sur de Tucson, donde los guatemaltecos fueron atendidos.
En el aire, Jaime Pacheco narró entre lágrimas al medio antes señalado su pesar: “Todo ha sido muy duro, llevamos seis días caminando. Hace tres días se nos acabó la comida. Vimos culebras cascabel, muchos coyotes, creía que íbamos a morir”.
Pacheco señaló que intentaba llegar a Estados Unidos para reunirse con su hijo, quien es ciudadano americano y con quien vivió un tiempo, pero tenía que estar cinco años fuera del país para volver a entrar y no dudó en hacerlo por la vía ilegal.
“Mi Dios es misericordioso, por Dios es que hemos sobrevivido”, dijo.
Sebastián Ronaldo contó que conoció a Pacheco en una bodega en México donde los “polleros” reúnen a las personas que traficarán al país de las barras y las estrellas, desde entonces se hicieron amigos y no se separó de él en ningún momento.
El inmigrante indicó que esta es la tercera vez que intenta cruzar a Estados Unidos y aunque en esta ocasión pudo haber muerto, intentará (una vez más) llegar a Houston donde lo esperan unos familiares.
“Por la necesidad (es) que uno pasa allá, no queda de otra. Iba para Houston con unos amigos y primos. Mi papá está en Virginia. Le llamé antes de que me rescataran. Le dije que ya no aguantaba y me dijo que me entregara, que llamara al 911. Ya lo había hecho y agradezco su trabajo”, dijo Ronaldo.
Así como Ronaldo, Pacheco también tomó el teléfono celular y llamó a su familia: “Ya no daba más (les dije) que le pidieran a Dios por mí, que no sabía si iba a sobrevivir más. Lastimosamente la madre tierra está muy caliente, demasiado calor”.