La cruda realidad de los migrantes secuestrados en México y el oscuro mundo de las “falsas remesas”

La cruda realidad de los migrantes secuestrados en México y el oscuro mundo de las “falsas remesas”

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Aunque a menudo pasa desapercibido, el drama de los migrantes secuestrados en su travesía por México hacia Estados Unidos ha cobrado proporciones alarmantes. Cada año, se estima que al menos unas 10 mil personas migrantes, tanto extranjeras como mexicanas, son víctimas de secuestros y extorsiones por parte de grupos criminales.

Estos grupos del crimen organizado han perfeccionado sus tácticas operativas, actuando como verdaderas empresas delictivas con un alto rendimiento económico. Utilizan métodos sofisticados para infiltrarse entre los migrantes, ganarse su confianza y obtener información que luego utilizan para secuestrar selectivamente a aquellos que pueden pagar un rescate.

Un ejemplo concreto de esta situación es el caso de Sergio, un migrante salvadoreño que huyó de la violencia en su país y se encontró atrapado en la red de secuestros en México. Su madre, desde Estados Unidos, hizo varios depósitos de “falsas remesas” para pagar su rescate, mientras él era retenido en condiciones precarias y violentas por sus captores.

Expertos como Rodolfo Casillas, investigador de Flacso, destacan que los estados donde más se registran estos delitos son Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Veracruz, Tamaulipas y Nuevo León. Sin embargo, la magnitud del problema va más allá de estas cifras oficiales, ya que muchos casos quedan sin ser reportados o resueltos por las autoridades.

La complejidad del fenómeno se evidencia también en la forma en que los grupos criminales utilizan el sistema financiero para blanquear el dinero obtenido de los rescates. Instituciones como Western Union han sido señaladas por su papel en el envío de “remesas” que en realidad son utilizadas para pagar los secuestros.

Esta situación ha generado una industria clandestina del secuestro de migrantes, donde las redes criminales aprovechan las vías de transferencia de dinero para continuar sus operaciones ilícitas. Las familias de los migrantes, desesperadas por salvar a sus seres queridos, se ven obligadas a enviar grandes sumas de dinero bajo la apariencia de remesas.

A pesar de los esfuerzos de organizaciones como Red Migrante y la denuncia de casos como el de Sergio, la impunidad sigue siendo un obstáculo importante. La falta de seguimiento y resolución de estos crímenes contribuye a que los secuestros de migrantes continúen en aumento año tras año.

Es crucial que se tomen medidas efectivas para combatir esta grave problemática, desde cerrar las vías de financiamiento de los grupos criminales hasta mejorar la seguridad y protección de los migrantes en su tránsito por México. Solo así se podrá frenar esta cadena de secuestros y extorsiones que afecta a miles de personas en su búsqueda de una vida mejor.

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