Joel Cerón, un inmigrante mexicano radicado en Phoenix, Arizona, llevaba dos décadas acostumbrado a comunicarse con sus padres solo a través de pantallas o llamadas telefónicas. Desde su llegada a Estados Unidos, procedente de Cardonal, Hidalgo, las barreras legales le habían impedido regresar a México, y sus padres tampoco podían obtener un permiso para visitarlo. Sin embargo, este diciembre, todo cambió gracias a la organización Hidalgo Sin Fronteras.
El programa de esta organización, fundado en 2018, tiene como objetivo principal ayudar a adultos mayores a obtener visas de turista para reunirse con sus familiares en Estados Unidos, sin importar el estatus migratorio de estos. Con esta iniciativa, Joel finalmente pudo abrazar a su padre, Antonio Cerón, después de 20 años de separación. “Lloré porque son muchos años, muchos años de no verlo… y aunque ya no está igual de fuerte, me da gusto verlo aquí conmigo”, expresó emocionado.
Desde su creación, Hidalgo Sin Fronteras ha reunido a más de 600 adultos mayores de México y en marzo de 2024 incluirá su primer grupo de Guatemala. Según Mary Trejo, fundadora de la organización, la clave de su éxito es un proceso sencillo que solo requiere que los solicitantes tengan 58 años o más, presenten documentos como el pasaporte vigente y acta de nacimiento, y que no hayan visitado Estados Unidos en los últimos 10 años. Además, el programa ofrece un apoyo integral en todo el proceso migratorio.
El impulso de Joel para iniciar los trámites llegó después de un accidente que casi le cuesta la vida. Durante su recuperación, pensó constantemente en sus padres, y fue su esposa, María Ángeles Guerrero, quien lo animó a dar el paso. María ya había experimentado un reencuentro familiar gracias al programa. “Yo quería que él sintiera lo que yo sentí al ver a mis papás. No existe palabra para explicar este momento”, comentó.
El 16 de octubre de 2024, los padres de Joel acudieron a la Embajada de Estados Unidos para su entrevista, un proceso que se resolvió sin mayores contratiempos, excepto para su esposa, quien tuvo que esperar seis meses más para su visa. Según Mary Trejo, es fundamental que los solicitantes cuenten toda su historia migratoria, ya que, en la mayoría de los casos, las aplicaciones son aprobadas sin mayores complicaciones, excepto cuando hay un historial con la inmigración estadounidense.
El reencuentro entre Joel y su padre finalmente ocurrió el 7 de diciembre de 2024, cuando Antonio Cerón llegó a Phoenix junto con otros 39 adultos mayores provenientes de varios estados de México. Aunque el vuelo de Antonio fue retrasado debido a problemas con la aerolínea, la espera no opacó la emoción del encuentro. En la casa de Joel en Tempe, Arizona, los familiares celebraron con una fiesta y una cena, mientras Antonio recordó el momento con lágrimas: “Lloré, porque no esperaba ya verlo. No es lo mismo hablar por teléfono, es diferente estar aquí con él”.
El proceso de organización de estos reencuentros no es sencillo. Hidalgo Sin Fronteras se encarga de gestionar los trámites, acompañar a los solicitantes durante todo el proceso de visa y resolver los detalles logísticos, como el traslado de adultos mayores, muchos de ellos con condiciones médicas. Mary explica que el trámite es mucho más simple que el proceso tradicional en el consulado, ya que no se requiere comprobante de empleo, propiedades o cuenta bancaria, sino solo los documentos básicos.
Para Antonio Cerón, la ayuda de Hidalgo Sin Fronteras hizo posible este tan esperado reencuentro. “Era difícil porque no tenía documentos y no creo que hubiera llegado si lo intentaba solo. Esta organización me ha dado mucha paciencia y apoyo, especialmente con la gente mayor que tiene dificultades para viajar”, comentó. La organización cobra una tarifa de $500 dólares para cubrir parte de los costos del trámite, además de la tarifa para la visa, que es de $3,800 pesos mexicanos (aproximadamente $190 dólares).
Sin embargo, no todas las historias tienen un final feliz. Mary Trejo también ha tenido que lidiar con el dolor de perder a algunos adultos mayores que no alcanzan a completar el proceso debido a problemas de salud. “Algunos me llaman llorando porque su mamá o papá falleció antes de poder venir. Es una tristeza que me duele mucho”, lamenta. A pesar de estos desafíos, su compromiso sigue firme: “Tenemos la oportunidad de hacer algo para nuestra gente que está como yo, cruzando la frontera sin documentos, buscando un futuro mejor”, concluye.
El padre de Joel permanecerá en Phoenix hasta el 29 de diciembre, cuando regresará a México. Mientras tanto, Joel espera poder reunir a su madre en el futuro cercano. “Este reencuentro es invaluable. Extraño esos momentos en los que toda la familia se reunía en casa de mis papás”, dice, mientras guarda en su memoria y en su corazón el abrazo que finalmente pudo dar a su padre, después de 20 largos años.