La Caravana Migrante Enfrenta Amenazas en Chiapas
Una travesía llena de peligros
La Caravana migrante que se desplaza por la costa de Chiapas ha pasado recientemente por la comunidad Lázaro Cárdenas, en el municipio de Villa Comaltitlán. Esta marcha, que busca alcanzar la frontera con Estados Unidos, ha estado marcada por la tragedia, especialmente tras el fatídico incidente del martes pasado, donde seis migrantes perdieron la vida debido a disparos del Ejército Mexicano. La preocupación y el miedo se hacen palpables entre los integrantes del grupo, quienes buscan un futuro mejor.
En su tercer día de caminata, el contingente partió del municipio de Huixtla hacia Villa Comaltitlán, donde planean descansar unas horas antes de continuar su camino hacia Escuintla. Esta travesía no solo implica largas distancias, sino que también representa un desafío constante en el que los migrantes deben enfrentar los riesgos que trae consigo el viaje.
Situaciones de riesgo en el camino
Al llegar al Centro de Atención Integral al Tránsito Fronterizo (Caift), los migrantes continuaron por la carretera federal México-200, atravesando el área donde ocurría la persecución del Ejército la semana pasada. En el incidente, un camión que transportaba a 33 migrantes fue baleado, resultando en seis muertes y diez heridos provenientes de diversas nacionalidades, incluyendo egipcios, nepalíes, cubanos, hindúes, pakistaníes y árabes.
José Avin, un migrante de Venezuela, compartió que el grupo viaja con un constante temor, no solo por los peligros del crimen organizado, sino también por la posibilidad de ser detenidos por el Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional. “Nos hemos sentido preocupados porque esta caminata no es nada fácil”, comentó Avin, expresando su deseo de contar con mayor seguridad y apoyo de las autoridades mientras avanzan.
Historias de superación y esperanza
Por otro lado, Olger Villagrán, un migrante de Ecuador, decidió huir de su país debido a las extorsiones constantes de la delincuencia, que incluso amenazaron a su hija de 16 años. Villagrán, junto con su esposa y dos hijas, una de ellas una bebé de solo dos años, busca alcanzar su sueño de llegar a Estados Unidos. “Es el sueño de todos que venimos caminando porque estamos bajos de recursos”, explicó Villagrán, resaltando la falta de dinero para viajar en transporte.
Los miembros de la Caravana migrante también han hecho un llamado a la nueva administración de la Presidenta Claudia Sheinbaum, solicitando facilidades para cruzar el país, especialmente para mujeres y menores, quienes enfrentan mayores peligros durante la travesía. En validación a sus demandas, se hace evidente la necesidad de políticas que protejan a los migrantes en su jornada.
A pesar de que la Caravana inició con aproximadamente 800 migrantes, se ha visto reducida a alrededor de 500, según las estimaciones de Protección Civil local. Esta disminución refleja no solo los peligros del camino, sino también las difíciles condiciones que enfrentan mientras cruzan el territorio mexicano en busca de una vida mejor.
La Caravana, que salió de Tapachula el pasado sábado, argumenta que los trámites migratorios ante las autoridades mexicanas, así como la cita del CBP One del gobierno estadounidense, se están retrasando significativamente. Sin recursos para alquiler ni alimentación, estos migrantes continuarán su lucha por avanzar, enfrentando riesgos y adversidades en su recorrido hacia el norte. La travesía no solo es un viaje físico, sino un símbolo de la determinación y esperanza de aquellos que buscan un futuro diferente en territorio estadounidense.
En este contexto de incertidumbre y peligro, la Caravana migrante continúa su viaje a pesar de las adversidades. Cada paso que dan es testimonio de su valentía y de la esperanza de un futuro mejor. La solidaridad y los esfuerzos por mejorar las condiciones de vida para los migrantes en su travesía son más necesarios que nunca, resaltando la importancia de políticas inclusivas que consideren sus difíciles realidades.