Migrantes desesperados, presa de la incertidumbre y la violencia, llegan a desembolsar hasta 40 mil pesos para ser arrojados al abismo de la ilegalidad, cruzando la frontera hacia los Estados Unidos como peones en un juego macabro de traficantes sin escrúpulos.
Enrique Lucero Vázquez, líder de la Dirección de Atención al Migrante, revela una realidad brutal: en esta travesía plagada de sombras, los migrantes enfrentan no solo la amenaza de ser detectados y ver desvanecerse su anhelo de asilo, sino también la oscura presencia de la inseguridad, los secuestros y la violencia desatada por los narcotraficantes que acechan en las sombras de la frontera.
Detrás de cada dólar pagado se esconde un grito de desesperación, un susurro de miedo y la sombra alargada de la incertidumbre. Los “mulas ciegas”, en su desesperado intento por alcanzar un futuro mejor, se enfrentan a un laberinto de peligros donde la esperanza se desvanece ante la cruda realidad de un sistema que los ve como peones desechables en un tablero de intereses oscuros.