Diez migrantes murieron ahogados en una zona aislada de Panamá, cerca de la comunidad de Carreto, debido a una crecida de un río, según informó la policía fronteriza (Senafront). Los cuerpos fueron encontrados en áreas ribereñas, y se destaca que la delincuencia organizada utiliza rutas no autorizadas, poniendo en peligro a los migrantes. Aunque no se especifican las nacionalidades de las víctimas, se menciona que muchos migrantes que cruzan el Darién son venezolanos. En 2023, más de medio millón de personas han enfrentado peligros en esta jungla. El gobierno panameño intenta controlar la migración cerrando senderos y estableciendo un “corredor humanitario”, una medida criticada por el presidente colombiano, Gustavo Petro, quien advirtió sobre el riesgo de que los migrantes busquen rutas marítimas alternativas.
