En Tijuana, México, la comunidad de migrantes venezolanos enfrenta una dualidad de desolación y esperanza a medida que su número sigue creciendo. Este año, los venezolanos representan uno de cada cuatro migrantes irregulares interceptados en la frontera, impulsados por una crisis política que se ha intensificado tras las recientes elecciones en su país.
Evelin Mora, una venezolana de 29 años, compartió con EFE que tuvo que abandonar Venezuela hace nueve años debido a amenazas y la grave represión hacia los estudiantes universitarios. La falta de futuro la llevó a dejar atrás a su familia en busca de una vida segura y con más oportunidades. Las estadísticas indican que entre enero y mayo de 2024, se detectaron 1.4 millones de personas en situación migratoria irregular en México, de las cuales 377 mil son venezolanas.
Andreina Silva, otra migrante, denunció el clima de terror que enfrentan las familias en Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro. Las familias viven con miedo de ser secuestradas, lo que ha llevado a su madre a estar constantemente aterrorizada. Silva instó a sus compatriotas a seguir luchando por un cambio, rechazando la visión de un futuro marcado por la violencia.
El testimonio de Neuri Alexander Morán Sulvarán resalta la represión continua del gobierno de Maduro. Él mencionó que más de 677 personas han sido detenidas por protestar pacíficamente por sus derechos, lamentando las medidas drásticas que se han tomado en contra de quienes exigen justicia y democracia.
El descontento ha llevado a un grupo de migrantes venezolanos en Tijuana a unirse a protestas en todo el mundo, levantando pancartas que exigen libertad y rechazo a la dictadura de Maduro. Estas manifestaciones son parte de un esfuerzo más amplio por denunciar el presunto fraude electoral y la crisis humanitaria en Venezuela.
El Consejo Nacional Electoral de Venezuela confirmó la reelección de Nicolás Maduro con 51.95 por ciento de los votos, frente al 43.18 por ciento del candidato opositor, Edmundo González Urrutia. Sin embargo, el ambiente de desconfianza y el temor a la represión siguen marcando la vida de los venezolanos tanto en su país como en la diáspora.
Con un trasfondo de angustia y esperanza, los migrantes en Tijuana buscan no solo mejorar sus propias vidas, sino también contribuir a un futuro más prometedor para Venezuela. Su determinación por seguir luchando por la libertad y la unidad de su nación es un testimonio de la resiliencia del pueblo venezolano.