En los últimos días, hay más personas que vienen de Europa, Asia, África y Sudamérica a los lugares en la frontera de Sonora, cerca de la línea que divide México y Estados Unidos. La mayoría de estas personas viajan en grupos familiares y han pedido ayuda humanitaria, como lugares para quedarse, comida y transporte para seguir su camino hacia Estados Unidos.
Estos grupos suelen estar compuestos por al menos veinte personas, incluyendo personas mayores, mujeres y niños. Cuando llegan a Hermosillo, son fáciles de reconocer porque un gran grupo de extranjeros llega desde la entrada de la ciudad, principalmente desde el sur, en busca de transporte, como autobuses o camiones, ya que la Central de Autobuses de Hermosillo ha restringido la venta de boletos a extranjeros que van hacia el norte del estado.
La mayoría de ellos siguen la “nueva” ruta de migración que pasa por Hermosillo, Santa Ana, Altar y Caborca, un camino en el desierto que va hacia el noroeste, cerca de la costa del Mar de Cortés, hasta llegar a los municipios fronterizos de San Luis Río Colorado y Sonoyta. Llevan consigo lo esencial: una mochila, agua y al menos un teléfono celular con internet para usar aplicaciones de traducción y poder comunicarse en su idioma con las personas que puedan ayudarles en su viaje.
Esta semana, el Instituto Nacional de Migración (INM) informó que ayudó a más de 600 migrantes de países como Angola, Bangladesh, Brasil, Burkina Faso, Camerún, China, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Guinea, Honduras, India, Mauritania, Nepal, Nicaragua, Nigeria, Perú, Senegal, Haití, El Congo, Ghana, Malí y Venezuela.
Estos migrantes fueron encontrados en autobuses en las carreteras de Santa Ana y San Luis Río Colorado, donde la Guardia Nacional y el personal del INM estaban realizando labores de seguridad. En los controles a los autobuses y vehículos de carga, encontraron un total de 603 personas migrantes, incluyendo 72 menores de edad, que no tenían documentos para estar en México y algunos de ellos necesitaban atención médica debido a la deshidratación y problemas de salud.
Durante su viaje, muchas veces enfrentan situaciones peligrosas como secuestros, extorsiones y abandonos. Por ejemplo, encontraron a cuatro migrantes chinos en la carretera de San Luis Río Colorado sin comida ni agua, donde las temperaturas pueden llegar a 45 a 50 grados centígrados.
Las autoridades migratorias y de seguridad llevaron a estas personas a las instalaciones del INM en Hermosillo, donde recibieron comida, atención médica y orientación sobre los trámites migratorios que deben realizar mientras se resuelve su situación legal en México.
Francisco Garduño Yáñez, Comisionado del Instituto Nacional de Migración, explicó que el aumento de migrantes en Sonora se debe a nuevas rutas ilegales que se han descubierto. Dijo que la movilidad de estas familias que están de paso por México cambia constantemente, ya que los traficantes de personas, a veces llamados “polleros”, ajustan sus rutas rápidamente para evitar controles.
Durante su visita a Sonora, Garduño Yáñez explicó que muchos de estos migrantes llegan en avión a Brasil, luego viajan por tierra a través de la selva del Darién, que está entre Centroamérica y Sudamérica. Después llegan a la frontera sur de México, en estados como Chiapas o Tabasco, y continúan su camino hacia la frontera con Estados Unidos, donde esperan ingresar sin documentos.
Según el Gobierno de Sonora, la Dirección de Atención a Migrantes de la Secretaría de Gobierno ha brindado ayuda humanitaria a alrededor de 12,000 personas migrantes de diferentes países y continentes en 2023. De ellos, aproximadamente 4,000 han recibido ayuda del DIF porque son personas vulnerables, como adultos mayores, niñas y niños.