El hallazgo de minas antipersonal instaladas muy cerca de una de las rutas que utilizan a diario miles de migrantes para atravesar la selva del Darién hacia Panamá, denunció a Procuraduría General, tras una visita de verificación en Necoclí, Urabá antioqueño, que la fuerza pública encontró.
En un patrullaje se detectó un explosivo tipo camándula, enterrado en un camino del sector de Polín, zona rural de Acandí, Chocó, paso obligado de una de las rutas que suelen tomar los migrantes con el fin de cruzar la frontera entre Colombia y Panamá en su camino hacia Estados Unidos.
Ante esa situación, el Ministerio Público solicitó a las autoridades presentes articularse para determinar a la mayor brevedad si existen otros lugares minados en el Tapón del Darién y poner en marcha operativos de búsqueda y desactivación de artefactos explosivos improvisados con el fin de evitar una tragedia.
Por otro lado la Procuraduría también recibió denuncias sobre una nueva modalidad de tráfico ilegal de migrantes vía marítima entre el corregimiento de Capurganá, Chocó, y la población panameña de Carreto, que está ocurriendo en horas de la noche, a bordo de lanchas rápidas cuyo tránsito está prohibido por la capitanía de puerto e implica enormes riesgos para los migrantes.
A pesar de estos peligros, el servicio estaría siendo ofrecido como una alternativa más fácil y rápida de llegar a Panamá, pero de altísimos costos, como una especie de servicio élite de tránsito.
Según cifras entregadas por el Comando de Policía Urabá, el tránsito de migrantes ha aumentado en un 401 % entre 2022 y 2023, registrando 50.135 ingresos entre enero y febrero de este año, frente al 10.006 que ingresaron en los mismos meses del año pasado.