En la peligrosísima ruta del Tapón del Darién, entre Colombia y Panamá, se han recuperado más de 220 cuerpos completos de migrantes fallecidos, cuyos restos permanecen sin identificar. Estas personas perdieron la vida en su intento por llegar a Estados Unidos a través de una de las travesías más mortales del mundo.
Los cuerpos fueron hallados en ríos y senderos densamente vegetados, en estado de descomposición, y han sido sepultados en un panteón humanitario construido en 2023 con apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en una zona rural del Darién.
El director del Instituto de Medicina Legal de Panamá, José Vicente Pachar, reconoció que la cantidad de restos descubiertos es solo una parte de los que podrían estar sin reclamar en la selva. Muchas personas aún no han sido localizadas, y la selva, con su inaccesibilidad, limita el alcance de las búsquedas.
Para avanzar en las identificaciones, Panamá recibió apoyo de un equipo antropológico argentino que realizará pruebas de ADN y análisis forenses. Si algún cuerpo es identificado de manera positiva, se contactará a sus familiares o a las autoridades del país de origen para su posible repatriación.
La mayoría de los migrantes que fallecieron pertenecían a nacionalidades como venezolanas, ecuatorianas, colombianas, haitianas, y también personas de Sri Lanka, China y otros países africanos, reflejando la diversidad de quienes recorren esta ruta.
Este panorama pone en evidencia el peligro extremo al que se exponen quienes emprenden la travesía por el Darién, y la urgente necesidad de protocolos regionales que aseguren identificaciones dignas y el derecho de las familias a saber qué ocurrió con sus seres queridos, incluso en ausencia de documentos.