Este 18 de octubre, un avión aterrizó en Caracas, transportando a 130 personas migrantes, quienes se encontraban esposadas de pies y manos, y habían sido deportadas como resultado de un acuerdo entre los gobiernos de Joe Biden y Nicolás Maduro.
La aeronave estadounidense llegó al aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía, que sirve a Caracas, alrededor de las 16:30 horas locales (20:30 GMT). El avión venía desde Harlingen, Texas, con una escala en Miami para abastecerse de combustible.
La Policía de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) anunció: “La misión hacia Venezuela ha sido exitosa”. Las personas migrantes, esposadas de pies y manos, fueron embarcadas en el avión en horas de la madrugada en el pequeño aeropuerto de Harlingen, cerca de la frontera con México, según constató un equipo de la Agence France-Presse (AFP).
Los pasajeros, que eran adultos, tanto hombres como mujeres, no formaban parte de grupos familiares, según informó ICE. Corey Price, director asociado de ICE en Harlingen, explicó: “En este vuelo viajan personas que acaban de ingresar ilegalmente a nuestras fronteras, así como aquellos que han estado en el país por un tiempo y han cometido actos criminales”.
La Casa Blanca anunció a principios de octubre un acuerdo con el gobierno de Maduro para llevar a cabo una “repatriación ordenada, segura y legal” de migrantes que no tenían base legal para permanecer en Estados Unidos.
Joe Biden, quien busca la reelección en 2024, enfrenta una fuerte presión por parte de los republicanos, quienes lo acusan de haber causado una crisis migratoria en la frontera con México. Incluso algunos demócratas han expresado preocupación debido al desbordamiento de varias ciudades bajo su administración como resultado de la llegada de migrantes.
Corey Price comentó: “Este vuelo hacia Venezuela es el primero de su tipo en mi carrera, un vuelo chárter completo con venezolanos regresando a su país, y planeamos realizar varios más en los próximos días y semanas”.
Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos en 2019, luego de desconocer la reelección de Maduro un año antes, alegando que fue fraudulenta. Hasta la ruptura de relaciones, los migrantes venezolanos sujetos a deportación eran enviados en vuelos comerciales y, posteriormente, por un tiempo, a México.