Una nueva política migratoria en Estados Unidos podría poner en riesgo a miles de inmigrantes que buscan la residencia legal a través de familiares, incluso si ya tienen su solicitud en trámite.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) anunció que, desde el 1 de agosto, las autoridades podrán iniciar procesos de expulsión contra solicitantes sin estatus legal vigente que pidan la “green card” mediante un cónyuge u otro familiar. La medida se aplica tanto a casos nuevos como a los que ya estaban pendientes.
El cambio implica que una petición familiar —como el formulario I-130, primer paso para la residencia— ya no ofrece protección contra la deportación. Según datos de NBC News, solo en la primera mitad de 2025 se presentaron unas 520.000 solicitudes de este tipo, y más de 2,4 millones permanecen en espera de respuesta, muchas desde hace más de seis meses.
Expertos advierten que esta vía es una de las más importantes para que los inmigrantes ajusten su estatus, y temen que la nueva directriz genere temor en familias que están cumpliendo con todos los requisitos legales.
USCIS argumenta que el cambio busca “garantizar la integridad del sistema migratorio” y prevenir fraudes, asegurando que solo las relaciones auténticas y verificables permitan acceder a la residencia.
Analistas señalan que esta medida podría impactar también a quienes tenían visa vigente pero la perdieron durante la espera, así como a beneficiarios de programas temporales que podrían cancelarse. De aplicarse con rigor, sería uno de los cambios más significativos en la política migratoria de los últimos años.
