Migrantes cubanos se conforman con el sueño mexicano por Trump: una nueva realidad para miles de familias

Migrantes cubanos se conforman con el sueño mexicano por Trump: una nueva realidad para miles de familias

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De enero a marzo de este año, México ha recibido más de 8,000 solicitudes de refugio de cubanos, lo que representa más de la mitad de todos los pedidos de asilo en el país, según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). En un giro inesperado del destino, muchos migrantes cubanos, antes decididos a alcanzar el sueño americano, han decidido frenar su travesía en México, enfrentando la campaña anti-migrante del expresidente Donald Trump y el endurecimiento de las políticas migratorias en los Estados Unidos.

De enero a marzo de este año, México ha recibido más de 8,000 solicitudes de refugio de cubanos, lo que representa más de la mitad de todos los pedidos de asilo en el país, según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). En un giro inesperado del destino, muchos migrantes cubanos, antes decididos a alcanzar el sueño americano, han decidido frenar su travesía en México, enfrentando la campaña anti-migrante del expresidente Donald Trump y el endurecimiento de las políticas migratorias en los Estados Unidos.

Uno de estos migrantes es Regla Martínez, una mujer de 70 años que dejó su Cuba natal para reunirse con su hija y nietas en Estados Unidos. Sin embargo, su proyecto de vida sufrió un giro inesperado cuando las políticas de Trump la hicieron replantearse su destino. “Tengo una hija y cuatro nietas en Estados Unidos, pero ahora el plan es ir hasta México y trabajar allí”, confiesa a la AFP en el puesto migratorio de Danlí, en Honduras, cerca de la frontera con Nicaragua. Martínez viaja junto a sus hijos, Elier, de 41 años, y Niurka, de 48, en busca de un futuro incierto pero más cercano a su familia.

Niurka, por su parte, también ha decidido que no es el momento de continuar hacia Estados Unidos, a pesar de que su hija de 24 años vive en ese país. “No me preocupa llegar allá en este momento, quiero quedarme en México, adonde mi hija pueda venir a visitarnos”, expresa, mostrando una mezcla de resignación y esperanza ante un panorama migratorio que se torna cada vez más complejo para los cubanos.

Durante décadas, los cubanos disfrutaron de ciertos privilegios migratorios en los Estados Unidos, pero estos beneficios se han ido limitando progresivamente en los últimos años. En el mandato de Trump, los migrantes cubanos pasaron de ser vistos como beneficiarios de programas humanitarios a ser objeto de políticas más estrictas. Bajo su administración, los programas humanitarios que protegían a migrantes de países como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití fueron suspendidos, y la militarización de la frontera con México se intensificó con el objetivo de frenar el ingreso irregular de migrantes.

Además de las medidas restrictivas, Trump anunció la revocación del estatus legal de más de 500,000 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos que ya se encontraban en Estados Unidos, otorgándoles apenas semanas para abandonar el país. Este tipo de decisiones forzó a miles de cubanos a reconsiderar sus opciones y a elegir destinos más seguros, como México, donde las solicitudes de refugio han aumentado considerablemente. Entre enero y marzo de este año, más de 8,000 migrantes cubanos pidieron asilo en el país azteca, lo que representa más de la mitad de todas las solicitudes.

Uno de los ejemplos más significativos de este cambio de rumbo es Misael Soto, un migrante cubano de 39 años que, aunque tenía amigos que podrían recibirlo en Las Vegas y Miami, ha optado por quedarse en México. “Mi esposa está allí en Tapachula. Ella me espera allá”, comenta sobre la ciudad fronteriza con Guatemala, donde su esposa recibe asistencia del gobierno mexicano por tener dos hijos pequeños. Soto, como muchos otros, se ha resignado a quedarse en México, donde las políticas migratorias son más flexibles, aunque también se enfrenta a la incertidumbre.

Los migrantes cubanos que atraviesan Honduras a menudo se encuentran en una situación precaria. En Danlí, los migrantes deben esperar en el centro de atención bajo un techo de zinc, con el calor del sol golpeando fuerte, mientras se gestionan sus papeles. Los funcionarios hondureños revisan sus pasaportes y les proporcionan salvoconductos para que puedan continuar su viaje hacia el norte. “Tienen cinco días de plazo para salir a Guatemala“, les advierte el jefe del centro, mayor Roger Núñez, mientras los migrantes luchan por cumplir con los plazos impuestos.

El costo del viaje para los cubanos también es un factor determinante en sus decisiones. Los migrantes con solvencia económica optan por volar desde La Habana a Managua en Nicaragua, un billete aéreo que puede costar hasta 1,700 dólares. Esta ruta aérea ha sido utilizada por muchos para evitar el paso por países más conflictivos o peligrosos, pero a pesar de las dificultades económicas y logísticas, los migrantes siguen buscando una mejor vida, ya sea en México o más allá.

Este año, el flujo migratorio ha mostrado una reducción en comparación con años anteriores. En 2024, más de 369,000 migrantes pasaron por Honduras, entre ellos alrededor de 60,000 cubanos. Sin embargo, el panorama ha cambiado drásticamente en 2025, con un éxodo de venezolanos y colombianos que regresan a sus países, frustrados por no lograr llegar a Estados Unidos. Esta migración inversa refleja la creciente inseguridad que enfrentan los migrantes, que ahora, al igual que los cubanos, deben replantearse sus sueños de alcanzar el sueño americano. México, en este contexto, se ha convertido en el refugio inesperado para muchos que antes solo veían como última opción.

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