La privación ilegal de la libertad de un migrante deja enormes ganancias, por lo que se ha convertido en la actividad más lucrativa para el crimen organizado.
El sueño de llegar a Estados Unidos cada vez tiene un costo más elevado para los migrantes y sus familias. En su tránsito por México, los extranjeros no solo se ven orillados a pagar hasta 8,000 dólares a un “coyote” o “pollero” con la esperanza de que los cruce por la línea fronteriza. Ahora es más frecuente que ellos y sus familiares desembolsen miles de dólares más a bandas del crimen organizado, las cuales han optado por ampliar sus giros al secuestro, un negocio que les dota de ganancias millonarias.
“Todo el territorio mexicano es prácticamente zona de riesgo y de secuestros potenciales. Sean de grupos chiquitos o sean secuestros masivos para las personas migrantes”.
Advierte Fabienne Cabaret, subdirectora de la Fundación para la Justicia (FJEDD).
Mediáticas o no, hay varias postales de esos secuestros: Matehuala, en San Luis Potosí; San Luis Río Colorado y Sonoyta, en Sonora. Sin embargo, la privación ilegal, tiene más de una década en México.
En su Informe Especial sobre el estado que guarda el tráfico y el secuestro en perjuicio de personas migrantes en México 2011-2020 , la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) documentó que el 67% del secuestro de migrantes ocurre en Chiapas, Nuevo León, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas.
De acuerdo con los datos de InSight Crime, y cita que el reporte “Crimen organizado y migración centroamericana en México” realizado por el Centro Strauss de la Universidad de Texas en Austin, en su paso por territorio mexicano, los migrantes deben enfrentar tres tipos de actores criminales: delincuentes locales, pandillas, y organizaciones criminales transnacionales.
Según el informe, los migrantes centroamericanos deben enfrentar tres tipos de actores criminales: delincuentes locales, pandillas, y organizaciones criminales transnacionales. Los primeros y segundos suelen asaltarles, robarles o agredirlos sexualmente, mientras que organizaciones criminales como el Cártel del Golfo o Zetas no solo les cobran por permitirles el paso, los secuestran.
La cifra exacta de migrantes que han sido víctimas de secuestro en México es incierta, debido a que representa el delito perfecto: son extranjeros en condición irregular que tienen miedo a denunciar, a lo que se añade la colusión de autoridades con el crimen organizado.
“El tráfico ilegal y secuestro de personas migrantes se ha convertido en una industria, en una fuente de recursos económicos para la delincuencia organizada, pero también, hay que aclarar, que muchas veces con el apoyo de autoridades porque de lo contrario simplemente no podrían operar como lo hacen”, agrega Cabaret.
Entre 2011 y el 2020, la CNDH estimó que 70,000 migrantes fueron víctimas de tráfico y secuestro en su paso por México.
¿Por qué el crimen ha optado por el secuestro de migrantes?
El secuestro de migrantes ha sido asociado a bandas como el Cártel del Golfo, al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), al Cártel de Sinaloa, “Los Talibanes” y a “Los Zetas”. ¿Pero por qué el crimen incursiona en este delito?
Para el experto en seguridad, David Saucedo, el crimen organizado ya tenía participación en el fenómeno migratorio a través de coyotes, sin embargo, ahora ha ampliado su intervención al secuestro porque representa una ganancia doble.
“Detectaron que los migrantes, al momento de que buscan el sueño americano, generan un pequeño ahorro con el cual se trasladan a los Estados Unidos, pagan al pollero que los lleva para realizar el cruce y que incluso tienen un una reserva de recursos para vivir en Estados Unidos en tanto que encuentran empleo. Los migrantes son una mina de oro para los carteles de la droga que descubrieron esa fuente de ingreso: los vastos flujos migratorios”, sostiene.
Tan solo en 2022, el Instituto Nacional de Migración (INM) identificó 444,439 personas en situación irregular en México.
De acuerdo con InSight Crime el secuestro de un migrante genera ganancias de más de 20 millones de dólares al año.
“El secuestro es el delito más lucrativo que se comete y es realizado sobre todo por organizaciones criminales transnacionales. Gracias al secuestro, los grupos del crimen organizado pueden ganar unos 5,165 dólares por migrante (90,058 pesos) y hasta 20.5 millones de dólares al año”, refiere citando el informe de la Universidad de Texas en Austin.
Varios de ellos fueron identificados en estados donde transitan los migrantes y donde más secuestros se han dado: Chiapas, Veracruz, Tabasco, Nuevo León, Tamaulipas, Sonora, Coahuila y Baja California.
Cuando un migrante busca llegar a Estados Unidos regularmente paga entre 6,000 y 8,000 dólares a un coyote. El Banco Mundial estimó que en 2021, por cuotas a los llamados polleros se pagaron 3,891 millones de dólares.
“Algunos grupos de narcotráfico, sobre todo Los Zetas, Los Talibanes, El Cártel de los Alemanes, en muchos grupos que están en San Luis Potosí, Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila lo que hicieron fue cobrarles por partida doble: no solo el costo de llevarlos Estados Unidos y realizar el cruce fronterizo, utilizando la ruta de trasiego de drogas y el contacto que ya tenían con las autoridades para poder llevar drogas a los Estados Unidos sino que se les ocurrió que podían cobrarles un peaje adicional, no solo el costo del viaje, sino ellos mismos auto secuestrarlos”, alerta Saucedo.
Las medidas cada vez más estrictas para intentar ingresar a Estados Unidos han contribuido al empoderamiento de los grupos del crimen organizado, explican los expertos. Al haber más restricciones y elementos de seguridad en las fronteras y rutas, los migrantes suelen ver en un coyote o pollero la posibilidad de tener un cruce exitoso, ello a pesar del pago de miles de dólares y el riesgo a ser secuestrados.
“Las tarifas son muy variables. Antes hablábamos de costos que eran de 20,000 pesos pero ahora ya superan los 100,000 pesos dependiendo desde donde va a ser el cruce. En cifras de secuestro no tenemos claridad, solo tenemos el caso de San Felipe que se dio a conocer que solicitaban 50,000 pesos”, comenta el experto en seguridad.
Cuando un extranjero transita por México suele ser víctima de varios delitos entre ellos, secuestro, robo, desaparición, y extorsión. Sus agresiones suelen quedarse en la oscuridad, pues no denuncian.
“Los migrantes que accedieron a pagar el rescate no quisieron denunciar porque estaban cometiendo un cruce ilegal a los Estados Unidos y denunciar su secuestro implicaba confrontarse con el grupo criminal que lo había ejecutado. Normalmente los grupos criminales están en colusión con las autoridades. Al presentar una denuncia, se deja el número telefónico, dirección y nombre del denunciante, lo que los pone en una situación de vulnerabilidad”, agrega Saucedo.