A partir de hoy, una nueva ley en Texas ha incrementado las sentencias para aquellos condenados por tráfico de migrantes. La SB4, aprobada por la legislatura texana en octubre del año pasado y posteriormente firmada por el gobernador Greg Abbott, entró en vigor este martes.
La recién implementada legislación en Texas, Estados Unidos, aumenta la condena mínima de dos a diez años de prisión para individuos declarados culpables de cargos estatales vinculados al tráfico de personas migrantes.
El gobernador republicano, Greg Abbott, ha expresado en múltiples ocasiones que Texas necesita protegerse de los cárteles involucrados en el tráfico de migrantes y drogas, argumentando que la administración del presidente Joe Biden mantiene una “política de fronteras abiertas”.
“La inacción deliberada de Biden ha dejado a Texas a su suerte”, afirmó Abbott al momento de la firma de esta medida.
A pesar de la justificación del gobernador, defensores de los migrantes se oponen a la nueva ley, argumentando que aumentar las sentencias no aborda la raíz del problema.
David Stout, comisionado del condado de El Paso, expresó en una conferencia de prensa que la política fronteriza de Abbott se basa en “una gran mentira de que tenemos fronteras abiertas”, utilizada para justificar el gasto de miles de millones de dólares en los últimos años.
Abbott lanzó en marzo de 2021 el operativo Estrella Solitaria, destinando más de 10 mil millones de dólares en la seguridad fronteriza.
El próximo 5 de marzo, entrará en vigor la Ley SB4, considerada una de las más estrictas en la historia de Estados Unidos, otorgando a la policía texana la autoridad para detener y deportar migrantes, además de permitir a la justicia estatal ordenar la expulsión, facultad exclusiva del gobierno federal.
Tanto la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) de Texas como el Departamento de Justicia de EE. UU. han emprendido batallas legales separadas para evitar que la medida entre en vigor el próximo mes.
Las acciones migratorias de Greg Abbott han generado críticas, incluyendo el traslado de miles de migrantes desde Texas a ciudades santuario como Nueva York, donde los refugios han enfrentado colapsos. Asimismo, ha sido cuestionado por la instalación de un “muro flotante” hecho de boyas con púas en el río Bravo para impedir el paso de migrantes de México a territorio estadounidense. Estas políticas antiinmigrantes son respaldadas por líderes como el gobernador Ron DeSantis, quien está dispuesto a enviar hasta mil efectivos de la Guardia Nacional a Texas para colaborar en la lucha contra la inmigración ilegal.