Tras la implementación de dos operativos, en seis meses, en Tamaulipas se han detectado y detenido 651 migrantes de los cuales 100 eran menores de edad, indicó la Secretaría de Seguridad Pública.
Lejos quedaron los tiempos en que delincuentes de manera aislada conocidos como ‘coyotes’ se dedicaban a cobrar ciertas cantidades de dinero por llevarse a paisanos de Guanajuato en busca del sueño americano. Hoy, son las bandas del crimen organizado las que obtienen jugosas ganancias abusando de la necesidad de cientos de personas que de la entidad buscan cruzar la frontera hacia los Estados Unidos.
Jaime Pacheco, de 53 años, y Sebastián Ronaldo, de 21, salieron de Guatemala con la intención de llegar a Estados Unidos a través del desierto de Arizona, sin embargo, en el camino perdieron su rumbo y estuvieron a punto de morir en medio de la nada.
Son los guías de los migrantes que cruzan la frontera hacia el desierto de Arizona desde Altar y Sásabe en Sonora. También son menores de edad. Jovencitos reclutados por los traficantes de personas conocidos como “polleritos”. Un fenómeno que que ha proliferado en esta región, la más mortífera para el cruce en busca del sueño americano.
El gobierno federal informó que capturó a cuatro personas por el presunto tráfico de 251 migrantes originarios de Guatemala, Cuba, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Perú, transportados en condición de hacinamiento, en dos autobuses.
A pesar de la tragedia, algunos ya preparan maletas para aventurarse en búsqueda del “sueño americano”, aunque puedan morir en el recorrido.
Hace seis años Pablo, siendo un niño, vio cómo su mamá se fue a Estados Unidos, hizo una vida allá y los ayudó económicamente para que no les faltara nada. Por eso creyó que, para pagar los gastos del parto de su hijo que está en camino, él podría hacer lo mismo. Pero las circunstancias son diferentes. Tanto, que el intento le costó la vida.
Los últimos dos cuerpos fueron encontrados por agentes de la Patrulla Fronteriza, el lunes 11 de julio por el desierto de Sunland Park, Nuevo México.
En la peligrosa zona del Tapón del Darién convergen dos crisis: el desastre económico y humanitario que azota Sudamérica y la encarnizada batalla por la inmigración.
En lo que va de este año se contabilizan al menos 217 migrantes muertos o desaparecidos en América del Norte, principalmente al intentar cruzar de México a Estados Unidos, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
