Tapachula, Chiapas – Ante el abandono y la incertidumbre, cientos de migrantes varados en la frontera sur de México han decidido organizar una nueva caravana que partirá el próximo lunes 4 de agosto. Su objetivo: avanzar al norte del país tras meses sin respuesta de las autoridades mexicanas.
La situación para quienes esperan regularizar su estatus se ha vuelto insostenible. Muchos llevan semanas, incluso meses, solicitando asilo o refugio ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y el Instituto Nacional de Migración (INM), pero los trámites están paralizados. Mientras tanto, no pueden trabajar legalmente ni moverse libremente fuera de Tapachula.
“Te dicen que este no es tu país, te tratan mal. A veces ni para comer tenemos”, compartió Brian Pérez Rivera, un joven cubano de 25 años que ya agotó las vías legales y ahora se sumará a la caravana.
Como él, muchos migrantes denuncian condiciones precarias, discriminación y una sensación constante de estar atrapados. “Nos tienen aquí como presos”, lamentó una mujer colombiana que, por seguridad, pidió no revelar su nombre. Ella busca llegar a otro estado para poder trabajar y, eventualmente, reunir a sus hijas que aún están en su país.
Según Luis García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, más de 14 mil trámites siguen estancados. La Comar, dice, no tiene el personal ni la capacidad para responder. Por eso, muchos ya no están dispuestos a seguir esperando.
“Nos vamos el lunes. Quien quiera integrarse, que venga. Seguiremos haciendo listas”, afirmó Villagrán.
Desde que el presidente estadounidense Donald Trump endureció las políticas migratorias, la ruta hacia el norte se ha vuelto más difícil, y los migrantes se sienten cada vez más desamparados, atrapados entre fronteras, trámites y miedo.
La nueva caravana busca no solo avanzar geográficamente, sino también hacerse visible. Para muchos, es el único camino que les queda.