Panamá ha registrado un aumento significativo en la cantidad de migrantes este año. Ya son más de 400,000 personas que han atravesado la desafiante Selva del Darién
Este posible cierre responde al incremento insostenible del flujo migratorio a través de la Selva del Darién, que durante este año superó los 300 mil migrantes
Panamá ha servido como entrada a Centroamérica desde el sur del continente, una situación que Juan Pino comentó durante su inspección a los campamentos y estaciones de recepción migratoria en la provincia de Darién.
Hasta el 18 de agosto, un total de 42,424 migrantes habían llegado a la Selva del Darién en busca del sueño americano, un promedio de 2 mil 500 individuos por día, en su mayoría procedentes de Venezuela, Haití y Ecuador.
El gobierno panameño informó que hasta el 30 de julio de este año han cruzado 248 mil migrantes por la selva del Darién, zona que está ubicada entre las fronteras de Panamá y Colombia, esta cifra representa 617 más migrantes que en todo el año 2022.
La cifra de migrantes que diariamente pasan por el Darién se ha duplicado durante el último mes, al pasar de mil a dos mil personas diarias el mes de julio.
Estefanía, de origen colombiano y Jhondeiby, de nacionalidad venezolana, son una pareja de jóvenes migrantes que hace unas semanas se encontraban en la Ciudad de México, iban con destino a los Estados Unidos para acudir a su cita asignada donde revisarían su solicitud de asilo. En brazos de su madre va su recién nacido, tiene apenas tres meses, cuando nació, sus padres atravesaban la selva del Darién, región que divide Colombia y Panamá y que es uno de los puntos más peligrosos para los migrantes centro y sudamericanos.
Las autoridades indicaron que algunos de los menores de edad fueron encontrados “abandonados y otros junto al cadáver de sus madres”. Desde el mes de enero, más de 200.000 migrantes atravesaron la frontera con Colombia.
Mientras que miles de personas cruzan por el Tapón de Darién movidas por la necesidad o huyendo de situaciones de violencia, otras lo hacen nomás para ver qué se siente. Un claro ejemplo de la desigualdad en el mundo.