Obispos alertan: México se ha vuelto más peligroso que los países de origen para migrantes

Obispos alertan: México se ha vuelto más peligroso que los países de origen para migrantes

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La situación de las personas migrantes en México preocupa cada vez más a organizaciones y autoridades religiosas. Durante el Encuentro Binacional de Obispos de México y Estados Unidos celebrado en Piedras Negras, Coahuila, se advirtió que el país se ha convertido en un lugar más riesgoso que los mismos lugares de donde provienen muchos migrantes. La denuncia apunta a que la violencia, las extorsiones y la falta de protección institucional agravan la crisis humanitaria.

El obispo Alfonso Gerardo Miranda Guardiola fue enfático: “En muchos lugares, México se ha vuelto más peligroso que los países de origen”. Los religiosos señalaron que la inseguridad no solo proviene de grupos criminales, sino también de la indiferencia o incapacidad de algunas autoridades locales para garantizar derechos básicos. En la ruta hacia el norte, los migrantes enfrentan secuestros, robos y agresiones físicas, lo que convierte el trayecto en un calvario constante.

Además de la violencia, se subrayó la estigmatización social que sufren miles de personas en tránsito. Ser migrante en México, dijeron los obispos, significa vivir bajo sospecha y estar en riesgo de sufrir discriminación o abuso en casi cualquier punto del recorrido. “No son cifras ni estadísticas: son personas con nombre, historia y familia”, recordaron, buscando dar rostro humano a una problemática que con frecuencia queda reducida a números.

Durante el encuentro también se compartieron testimonios de migrantes centroamericanos que describieron experiencias de extorsiones, amenazas de muerte y abusos sistemáticos. Muchos confesaron que solo han logrado sobrevivir gracias a los albergues de la Iglesia y de organizaciones de apoyo, que ofrecen comida, techo y acompañamiento legal. Estas casas de migrantes han sido, en muchos casos, el único refugio en medio de un entorno cada vez más hostil.

Ante este panorama, la Iglesia pidió pasar de una “caridad reactiva” a un apoyo más estructural y permanente. Los obispos exigieron mayores garantías de protección, acceso a servicios básicos, y medidas para frenar tanto la violencia criminal como los abusos institucionales. También insistieron en que la migración debe entenderse como un fenómeno humano que requiere políticas integrales, no solo controles fronterizos o medidas punitivas.

El llamado es claro: la ruta migratoria por México se ha transformado en un terreno de alto riesgo. La voz de los obispos busca visibilizar una realidad que se repite cada día y que, según advierten, seguirá creciendo si no se atienden las causas estructurales. En un contexto donde miles de personas se ven obligadas a dejar sus hogares, México, que debería ser un lugar de tránsito y esperanza, corre el riesgo de convertirse en un territorio de miedo y peligro.

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