En un impactante giro de los acontecimientos, tres jóvenes migrantes de Ecuador, Iván Ochoa, Tony Luna y Klever Montiel, fueron recientemente secuestrados en Ciudad Juárez, México, cuando intentaban llegar a la frontera con Estados Unidos en Texas.
El crecimiento del campamento no ha pasado desapercibido para los residentes y comerciantes locales, que han expresado su preocupación por los disturbios y alteraciones causados por la población migrante.
El Instituto Nacional de Migración (INM) ha intensificado la represión contra los migrantes en Ciudad Juárez, Chihuahua, con el despliegue de más de 200 agentes federales.
En lo que va del año, la Fiscalía General de Justicia en la Región Norte 01 tiene un registro total de 40 migrantes que perdieron la vida en su intento de poder cruzar a los Estados Unidos de forma irregular.
Cobraron a cada uno 7 mil dólares; fueron ‘levantados’, luego asesinados y enterrados de manera clandestina hace dos años.
Más de 6,000 migrantes duermen en campamentos temporales al lado del Río Bravo mientras esperan que su registro de ingreso a los Estados Unidos sea liberado.
Hasta 80 dólares por persona es el costo que tienen que pagar cada uno de los migrantes a los oficiales del aeropuerto de Ciudad Juárez en Chihuahua para posteriormente cruzar hacia Estados Unidos.
El Gobierno municipal ha obligado a los migrantes a retirarse, aunque muchos no quieren entrar en un albergue gestionado por las autoridades después de la tragedia en la que murieron 40 hombres encerrados en un centro federal.
El Instituto Nacional de Migración dio a conocer la lista de 66 migrantes que se encontraban en la estancia de Ciudad Juárez, Chihuahua, al momento del incendio del pasado lunes; reportan 38 fallecidos y 28 lesionados.
Según los primeros reportes, al menos 39 migrantes han muerto y otros 29 han resultado heridos luego del siniestro provocado por una quema de colchones.
